Hace ya un tiempo que dejé San José de Paiwas, pero me sigo
acordando de esa familia que sin conocerme de nada me acogió y me cuidó como un
miembro más.
Todo empezó como una aventura. Allá iba yo, sin tener mucha
idea de donde me metía, de voluntaria de Raleigh. Llegué a Masaya 30 miuntos al
sur de Managua , donde se situaba la oficina de Raleigh, un caluroso día de
enero ( allí era la época seca). Allí conocí al grupo de avanzado de Raleigh,
todos estábamos nerviosos y nadie sabía muy bien qué íbamos a hacer
exactamente. Yo acabé siendo enfermera de equipo, líder de grupo y traductora,
3 roles en uno, cosa que me pasó factura tanto mental como físicamente.
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Equipo de avanzada |
Estuvimos 3 semanas de preparación en campo base hasta que
vinieron los voluntarios. Creo que esas 3 semanas fueron de las mejores,
salimos de fiesta por Masaya y pude descubrir Nicaragua desde dentro; sus colores, en la ropa y edificios;
su música, un continuo baile callejero; sus olores, en los puestos callejeros.
Desde el día que llegaron los voluntarios se inició la ley seca, lo que
significó 3 meses sin probar gota de alcohol.
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lideres de grupo |
Me asignaron un proyecto en una comunidad de San José de
Paiwas y reconozco que no estuve de acuerdo, yo iba con la idea de ser
enfermera y no líder de un equipo de voluntarios de entre 18 y 24 años. Voy a
mencionar algo brevemente para poder proseguir con lo mejor de esta historia.
Estos voluntarios parecían estar en un campamento de verano para niños ricos,
eran ingleses y alemanes en su mayoría, todos de familias adineradas donde debe
ser que la buena educación y la visión empática hacia los necesitados no
existen. Sí, esta fue la parte más dura de esta experiencia. Y hasta aquí
escribo sobre ello, no le quiero dar más importancia.
Tras un largo viaje en autobús con un continúo traqueteo
llegamos a la comunidad, por la ventana pude ver como dejábamos pueblos y más
pueblos atrás y nos adentrábamos en un lugar en medio de la nada, rodeado de
vegetación y polvo en los caminos ( en ese momento no sabía que repetiría ese
mismo viaje hasta 8 veces).
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bus tipico nicaraguense( traido de EEUU) |
Allí nos recibieron a unos desconocidos que se invadirían su
tranquilidad por 3 meses. Todas las madres y niños de la comunidad nos
esperaban con los brazos abiertos. Los niños reían entre sí y se escondían
detrás de las faldas de sus madres, otros más atrevidos nos ayudaban con el
equipaje. Se presentaron como si fueran ya profesionales en ello y nos
ofrecieron un magnífico tentempié nicaragüense en la escuela. Fuimos divididos
entre las diferentes familias, he de decir que aún pienso que me tocó la mejor
y doy gracias a la suerte. Todas las familias fueron encantadoras, pero la mía
se convirtió en parte de mí, como una familia en ausencia de la real que
llevaba un año sin ver.
Os la presento: Doña Melania, fue mi madre nica, una mujer
fuerte y valiente a la que la vida le ha dado otra oportunidad después de
pasarlo tan mal en la adolescencia. Al principio me pareció una mujer tímida y
distante, pero eran todo primeras apariencias, cocinando juntas nos llegamos a
conocer muy bien y nos contamos mil historias entre calderos al fuego.
Ella y todas las madres son las que en
realidad llevan las riendas de la casa, pero shhh, que no se enteren los
maridos, a ellos les dejan creer que son los jefes de la casa.
Don Ignacio, es un hombre campechano, no sabe ni leer ni
escribir como mucha otra gente de la comunidad pero tiene un corazón bien
grande. Aunque no me gusta que se gane la vida matando cerdos para vender la
carne. Esto fue algo muy duro de vivir con ellos, ya que cada sábado de
madrugada oía a un cerdo sufrir justo detrás de mi pared de madera.
Rolando es el hermano mayor, un chico lleno de energía y
defensor absoluto del hombre ante la mujer. Tuvimos muchos enfrentamientos, que
manejamos buenamente, de hecho conseguí que al menos lavara sus platos durante
mi estancia.
Moises es el pequeño, bueno entrado en plena adolescencia.
Es un chico lleno de querer saber, espero que la vida le dé la oportunidad de
aprender todo lo que quiere, ¡ah! y fiero amante de los animales, aunque de vez
en cuando les haga de rabiar.
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La familia |
Odeling y Mikelin son las nietas de Doña Melania. Dos niñas
de 6 y 7 años de las que nunca me olvidaré. Eran unas tramposas jugando a las
cartas cada noche, pero me hicieron pasar los mejores ratos con su inocencia y
su picaresca a la vez. Sus sonrisas han quedado grabadas en mí.
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Mis hermanitos nicas, Odeling, Mosises, Rolando y Mikeling |
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Jugando a cartas con las tramposas |
Aparte de ellos conviví con Lupita la gallina coja (su pata
se la comió el cerdo), el Cerdo (no se les pone nombre ya que saben que van a morir),
Doky y Pelusa la pareja de perros estrella y Pepa, la gatita de dos meses,
aparte de otras gallinas sin nombre, ¡ah! y el gallo que cacareaba toda la
noche ( los gallos no cacarean solo al amanecer como yo pensaba, eso será solo
en los cuentos). Los añado a la familia puesto que vivían dentro con todos
nosotros. Al principio llama la atención, pero luego uno se acostumbra a que
hasta el cerdo venga pidiendo los restos de tu plato de comida.
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El cerdo y Pelusa en el salón |
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Lupita la gallinasin pata |
La vida en la comunidad era tranquila. Nos levantábamos a las
5 y media de la mañana ( con el sol), nos comíamos un buen desayuno de gallo
pinto ( frijoles y arroz) a veces con plátano maduro y otras con algún vegetal
que nos daba la ONG muy de vez en cuando.
A las 7 ya estábamos todos predispuestos para trabajar (unos
más que otros). Nuestro trabajo consistió en la mejora de un sistema de agua y
la creación de dos nuevos puestos de agua, lo que conocemos por ducha y pila
para lavar la ropa. En la comunidad no hay agua corriente en ninguna casa.
Existe un manantial a las afueras donde ya se extraía agua a través de unas
tuberías hasta dos puestos públicos. Nuestra primera misión fue mejorar el
filtro en el manantial recogiendo rocas del rio y llevándolas a hombros en
sacos hasta el manantial por una colina.
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Recogiendo pierdas |
Como decía Cantarero,el albañil, mis deudas están pagadas con Nicaragua. Él
decía que los españoles les robamos el oro, pero después de tan arduo trabajo
creo que he cumplido como española. Fue muy sufrido subir esa cantidad de rocas
lloviendo o bajo el calor húmedo. Los hombres de la comunidad también
colaboraban y lo hacían mucho más rápido que nosotros. Al principio también fue
difícil trabajar conjuntamente, nos despreciaban un poco a las mujeres, pero
demostramos que podíamos hacer el mismo trabajo que ellos. Después de las rocas
desenterramos las tuberías viejas y las cambiamos por nuevas y asimismo creamos
nuevas zanjas para llevar el agua más lejos. Pico y pala fueron nuestro pan de
cada día por casi dos meses.
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Nuevo puesto de agua |
Pero todo fue recompensado el día que abrimos por
primera vez el nuevo grifo y vimos salir el agua a chorro, todos reímos y
saltamos de alegría entre gritos de alegría ¡¡¡ agua, agua, tenemos agua!!! Ese
día quedará siempre marcado en nuestras memorias.
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¡Agua, agua ,hay agua!! |
Por las tardes, realizábamos educación para la comunidad,
días de acción y un montón de talleres en la escuela. Esa fue de mis partes
favoritas. En la escuela asistían a la misma clase niños desde los 5 a los 12
años, un descontrol total. Utilicé mis mejores tácticas para llamar la atención
de los niños y bueno creo que al final algo se les quedó de nuestras charlas y
juegos educativos. Fueron ratos divertidísimos haciendo juegos en el patio y
riendo todos juntos.
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Columpio restaurado |
En la tarde, llegaba el momento de calma, de leer y escribir
en mi diario en la hamaca. La calma duraba poco, solo hasta que llegaban las
terremoto. Pero me encantaba que me interrumpieran y que charláramos de
nuestras tonterías mientras atardecía y veíamos el sol ponerse entre los
árboles, brillando en rojos y naranjas chillones.
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Atardecer |
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Me robaron la hamaca |
Más tarde era la cena, cosa que me llamó la atención, que
nadie se sentaba en la mesa sino que cada uno agarraba el plato y comía donde
quería. Era después de la cena cuando manteníamos nuestras conversaciones de
intercambio cultural. Me hacían mil preguntas que a veces yo no sabía
responder. ¿Cómo explicas a alguien que no tiene agua corriente en casa, lo que
es un aire acondicionado, un radiador o hasta una ducha hidromasaje? Te hace
sentir de otro mundo. Mi familia de verdad me mandó videos de mi casa y allí
alucinaban todos. Me daban ganas de meterlos en mi maleta y traerlos conmigo a
conocer mi vida como yo he conocido la suya.
Pasé muy buenos ratos con la familia, a veces con “mis
hermanos” bailábamos hasta desfallecer. Les encantaba el reguetón, las bachatas
y las cumbias, y yo no me cortaba ni un pelo para mover las caderas con ellos
que después se partían de risa de mí.
Tengo miles de anécdotas, pero todas no las puedo contar
aquí. Fue muy triste la despedida, dejarlos allí sin saber cuándo volveré a
verlos.
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Mis niñas lindas |
Y para terminar, y para quien no lo sepa aun ya que a los
medios internacionales no le interesa, Nicaragua está viviendo una represión
brutal por parte del gobierno desde el 19 de abril. A mí me tocó vivirla en sus
inicios ya estando en Managua y por suerte logré salir del país, pero toda esa
gente queda allí luchando por su bella Nicaragua mientras la comunidad
internacional los ignora.
¡Cambiemos el mundo! Y Ortega… ¡que se rinda tu madre!