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viernes, 20 de octubre de 2017

Una enfermera española en Cairns



Una vez más, reto conseguido! Después de un largo camino y mucha paciencia con la burocracia australiana, conseguí registrarme como enfermera en Australia. Sueño cumplido.
 
uniforme de enfermera australiana


De esto hace ya 6 meses, y parece que fue ayer cuando llegué a Cairns. Aterricé aquí sin muchos planes, pues ni siquiera tenía trabajo, pero conseguí quedarme en una casa gratis a cambio de cuidar a dos perritas monísimas! Después de un mes conseguí trabajo en el hospital y de ahí todo fue de carretilla. 

El primer día de trabajo fue un absoluto desastre, quise coger mis maletas y volverme por donde había venido, pero no me rendí, seguí empujándome a mí misma hacia delante hasta hoy que estoy en un puesto superior a cargo de mi propia clínica de ulceras vasculares. He disfrutado mucho de este puesto, pues me ha permitido seguir desarrollándome como enfermera experta en heridas, cosa que me encanta. Además, no me puedo quejar del salario, en Australia se cobra cada quincena, y digamos que me da para vivir muy bien. Ahora, todo tiene su fin, conseguí llegar a donde quería, pero por desgracia la visa que tengo no me permite trabajar más de 6 meses en el mismo hospital. Toca decir adiós a Cairns.


Estos meses atrás han sido increíbles, he estado tan ocupada que no he tenido tiempo ni de escribir aquí! He cambiado de casa 4 veces, viví dos meses cuidando casas y mascotas. El primer mes fue genial con las dos perritas, y el segundo mes fue aun más divertido, estuve cuidando una casa con 7 gallinas, 2 gatos medio locos y una cobaya. Nunca pensé que las gallinas fueran inteligentes, pero me hicieron correr detrás de ellas un par de veces, cosa que no me hacía ninguna gracia al llegar a casa después de un turno de noche. Se sabían todos los huecos por donde escapar.
 
Georgi e Indi

los gatos locos

la jefa de las gallinas, la Paca


 Después de esta experiencia, volví a la vida real y alquilé una casa con una australiana. La idea no fue buena, pues ella era la dueña y tenia mil normas que seguir, así que decidí cambiarme de nuevo y por fin llegué a una casa genial que echaré de menos.


Cairns está al noreste  de Australia, por lo cual he disfrutado de un “invierno” genial, temperatura minima de 18 grados por la noche. Aunque es gracioso ver como los australianos si cambian su ropa de armario a la de invierno con mangas largas y batas en casa. Yo seguí con la ropa de verano sin problema. 

En pleno invierno


Cairns está en la costa y se encuentra rodeado de montañas. Mar, sí, pero ¡mantente lejos! Hay cocodrilos y medusas mortales. Yo no me lo creía mucho, pero la semana pasada justo murió una mujer que paseaba por la orilla a manos de un cocodrilo. También trabajando en la urgencia he oído que el año pasado murieron 3 personas por picadura de medusa. 
 
Advertencia: cocodrilos

Y esas son las encantadoras historias de Australia. Es curioso tener a pacientes con picaduras por serpiente, enfermedad descompresiva por buceo y otras muchas mas.


A pesar de todos estos peligros, he disfrutado muchísimo de Cairns. Gracias a un programa de voluntariado he buceado muchísimo, casi una vez a la semana, pues a cambio de lavar unos platos he podido disfrutar de buceos increíbles, he buceado con 14 ballenas!. Y a eso vine a Australia, a bucear y surfear…bueno lo de surfear no ha sido posible en el mar, pues no hay olas debido al arrecife de coral y además…hay cocodrilos! Pero si que he desarrollado mis técnicas de surfeo en la ola artificial de la piscina.
Ola artificial



Los alrededores de Cairns son paraísos naturales, un bosque tropical patrimonio de la humanidad, cascadas y montañas verdosas.
secret spot crystal cascades


La vida aquí es tranquila, me encanta no tener metro. En bici o andando se llega a cualquier sitio, aunque también me compré un coche que ha sido compañero de muchos viajecitos.
Recién comprado



También hay mucha fiesta, básicamente hay movimiento todos los días ya que Cairns es una ciudad turística. Hacer amigos no ha sido muy fácil, pues la mayoría de la gente viene un tiempo para conseguir el segundo año de visado y luego se van, asi pues, he conocido mucha gente que poco a poco se han ido yendo. Una vez más, ha sido más fácil hacer amigos españoles y latinos, pues con australianos no he tenido oportunidad, en el trabajo soy la más joven y no es fácil encontrar grupos jóvenes de australianos y decir eh ¿quieres ser mi amigo?, sin embargo españoles ahí donde vamos nos convertimos en amigos porque la distancia une. Pero tengo como propósito hacer amigos australianos en el siguiente destino donde pare.


Llegó la hora de decir hasta pronto Cairns por ahora, es complicado de entender si no se está en Australia, pero digamos que mi visa caduca en enero y estoy pendiente de la residencia permanente que me permita trabajar con los mismos derechos que los australianos ( ahora por ejemplo pago 35% de impuestos desde el primer dólar que cobro, mientras ellos no pagan impuestos los primeros 18.000 dolares) Sí, esto no es españistán.



Lo bueno que por fin llega el viajes más esperado, ¡las toas en Australia! Nos vamos en un monstreco de caravana desde Cairns hasta Sydney, quíen sabe que aventuras nos deparan. Y después, creo que por primera en mi vida no tengo plan, dejaré que las cosas pasen por una semanas y en diciembre de nuevo…viaje con mi amiguísimo Colo!! Después de 10 meses en Australia, una visita se va a agradecer muchísimo! Aquí os espero con los brazos abiertos!

La aventura australiana tendrá una pausa en Enero ya que me voy de voluntariado a Nicaragua y Costa Rica 3 meses. Pero seguiré contando mis anécdotas por aquí.



A seguir llenando la maleta de experiencias…¡Vuelta a la vida mochilera!






domingo, 7 de mayo de 2017

A la Gran Barrera de Coral,


ayudame en mi voluntariado a Costa Rica
Aún no nos conocíamos, pero yo había soñado contigo millones de veces. Me preparé para atravesar las aguas que nos separan y poder observarte bien de cerca llegado el momento. Tantas historias se han contado de ti, que mi curiosidad había ido aumentando por momentos. Me parecías un misterio, un paisaje en un cuento de sirenas donde los seres humanos tienen el acceso restringido. Sólo los buceadores pueden acariciarte de cerca, y yo, que no quería perderme ese placer de vivirte, me convertí en buceadora.

Nuestro encuentro se demoró unos años, pero al fin llegué a Australia y te pude besar. Me embarqué en la aventura de un viaje en barco, cinco días surcando las olas como ayudante de tripulación. Me sometí a unas tareas que nunca antes había realizado fuera del nivel doméstico; fregué platos a doquier, hice camas, limpié baños y aspiré moquetas. Todo ello porque mi bolsillo aún de mochilera no me daba para pagarme la estancia en el barco, pero aún así yo tenía muchas ganas de verte.

Aquella mañana de nuestro primer encuentro fue indescriptible. Recién se levantaba el sol en el horizonte, ahí te dejaba ver, emergiendo entre las aguas, dejándote ver tímidamente, sin nada más que agua alrededor.

Sin pensármelo dos veces, bajé corriendo a la popa, y me puse mi vestimenta más adecuada para verte, mi traje de buceadora, que me permitiría conocerte.
De un chapuzón me lancé hacia ti, y comencé a bajar poco a poco, con la ilusión desbordando por mi cuerpo en forma de burbujas.

Ahí estabas tú esperando con tu vestido de gala, me recibiste al alba, un poco pálida, pero según el sol te iba alumbrando, tus colores se tornaron más vivos, tus corales rejuvenecieron y tus pequeños habitantes comenzaron a bailar entre tus brazos.




Eres muy atenta con ellos, pues a cada uno le satisfaces con los colores que necesitan para camuflarse, a los pececillos azules les das corales azulados, a los anaranjados les das anemonas para vivir, a las mantas les das arena donde ocultarse, a los grandes les das cuevas para dormir por el día y como sabes que cazan por la noche, a los pequeñitos también les das recovecos entre tu cuerpo para dormir tranquilos por la noche.





Me encantó que me recibieras con tantos amigos, las tortugas fueron geniales, me embobé tanto con ellas que apenas salieron bien en ninguna foto, otros, sin embargo, parecen algo más aterradores como los tiburones de punta blanca. Pero ¿sabes qué? Me alegré también de conocerlos porque nadando con ellos a tu lado se me quitó el miedo.



 En realidad, todos me encantaron, los peces loro, los peces ángel, los peces punta,  los peces payaso y los peces cirujanos. Sólo por hacértelo saber, a estos dos últimos los hemos apodado Nemo y Dori aquí arriba en tierra y son bastante famosos. 
 
Dori

Nemo y su padre

Los peces ballesta también son súper coloridos, pero con esos dientes y las historias que me han contado de ellos, mejor los acabo de conocer en otro momento, no te molestes.


Otro gran descubrimiento que me enseñaste fueron las almejas gigantes, o por su nombre de pasaporte Tridacna gigas. Sus colores morados y azules me embaucaron, y jugar con ellas al cucú-tras fue también divertido, yo me acercaba y ellas se cerraban, yo hacía que me alejaba y volvían a mostrar su cara.

Nuestro primer encuentro fue tan bonito que decidí no parar de verte por cinco días, te llegué a visitar hasta cuatro veces al día. Mientras estaba en el barco, no paraba de pensar en ti. Trabaja ilusionada mirando el reloj para volver a bajar a verte. En el barco también me trataron muy bien, debe ser que tu simpatía se contagia. El resto de la tripulación también había venido a Australia a conocerte aunque había locales que ya te conocían de hacía tiempo. Comí muy bien, todo del chef, y como ya te dije que soy vegana, tuve la suerte de que hubiera pasajeros veganos que también venían a verte y el chef tuvo que cocinar para nosotros.

Nuestros encuentros nocturnos fueron algo diferentes, ahí ya no te mostrabas de color, por eso yo te alumbraba para poder seguí viendo un cachito de ti. De hecho, una noche bajé con una linterna especial y me pudiste presentar a tus amigos más pequeños, ¡el más grande creo que medía dos mm! Fue todo una pasada, aunque reconozco que al principio creí que me estabas gastando una broma diciéndome que mirara los corales muy de cerca y yo no veía nada, de hecho de noche brillas aún más. Sin embargo lo que más me llamó la atención de estos encuentros fueron las carreras que se daban tus amigos, los más grandes, buscando comerse a tus amigos más pequeños. Suerte que tú los proteges, pero entiendo que no te pongas del lado de ninguno y los dejes a su aire ¿o se dice a sus aguas ahí abajo?
fluoro diving

nocturnos

Me dio mucha pena despedirme de ti. Pero sabes que pronto nos volveremos a ver, muy pronto porque aun sueño que juego con tus amigos y tú.
¡Ah! Casi se me olvida, gracias por ponerle mi nombre a uno de tus arrecifes, ¡¿cómo sabías que al final iba a venir?!

Da saludos a las tortugas, a Nemo y Dori y bueno a todos en general. Cuídate mucho, que aunque no te lo dije, hay partes de ti que parecen estar muriendo y yo no quiero que eso te siga pasando.
¡Hasta pronto amiga!

ayudame en mi voluntariado a Costa Rica

viernes, 7 de abril de 2017

De luna de miel con Australia

¡Llegó el gran día! Me levanto ya con la sonrisa pegada en la cara, me preparo, me tomo un buen desayuno y en cuanto pongo un pie fuera de la residencia donde me alojo, sé que la gran aventura acaba de empezar. Cargada con mis bultos me dirijo a la estación de autobuses, hay otros mochileros, todos nos miramos curiosos entre nosotros preguntándonos donde irán los otros, en que aventuras se embargarán.
Mi aventura comienza en Lorne (Estado de Victoria), ahí me esperan María, portuguesa/francesa, Melvin, alemán, y el coche ranchera que nos acompañará durante casi 4000 km cruzando los estados de Victoria, Australia Meridional y Australia Occidental.



Ocean Road
Los tres sonrientes como tontos, cargamos el coche, y ahora sí que es de verdad, ¡nos vamos! 


Primero hacemos parada en las cataratas de Lorne, el agua cristalina cayendo entre tantos verdes diferentes es preciosa, me quedo con la boca abierta.


Siguiente parada, un mirador hacia la Ocean Road, se me iluminan los ojos, esa es la carretera por la que empieza esta aventura. La Ocean Road tiene 244 km que recorren la costa hasta Warrnambool, fue construida por los soldados retornados y en honor a los caídos en la primera guerra mundial ( ya sabemos que a los ingleses les encantan estas cosas).


Música y ¡acción!, salimos de Lorne, admirando la bellísima estampa, tengo suerte de ir de copiloto y poder observarlo todo. Mi cabeza se llena de pensamientos, sí, esto es lo que llevo tanto tiempo soñando: pura Australia.

Los 12 apóstoles emergen desde el agua y crean una fantástica combinación natural.

Llegamos a Warrnambool, me da pena que no sea invierno, pero sólo porque desde este punto se ven ballenas desde la costa cuando es invierno. Aún así disfruto de las vistas de la playa y de algún que otro surfista ;).
Primera noche de acampada, gracias a la app wikicamps, encontramos zonas de acampada gratuitas sin dificultad. Australia tiene todas las facilidades para este tipo de viajes, hay baños públicos (con papel) por todos lados, incluso duchas gratuitas en algunos puntos. Durante todo el viaje, solo pagamos campings de pago 3 ó 4 días y porque llovía y teníamos que buscar refugio. María y yo dormimos en la ranchera y Melvin en su tienda molona.


Al día siguiente intentamos llegar a Adelaide, pero hay demasiados km, paramos en Mount Gambier a ver un lago con un color azul espectacular, lo cual es debido a los minerales de la tierra del lago. Vemos nuestro primer atardecer en el agua, ya que en Victoria el horizonte en el mar es hacia el este. El parque natural de Coorong nos deleita con sus dunas y aguas tranquilas, sólo nosotros tenemos el placer de estar en la playa, no hay nadie más.


Cruzando Australia Meridional
En nuestra ruta hacia Adelaide vamos observando como el paisaje va cambiando, bromeamos intentado identificar paisajes con países europeos. Atravesamos unos pinares que recuerdan a los países nórdicos, son tan frondosos que no entra ni un rayo de sol, mientras conducimos, se nos cruzan miles de mariposas blancas, igual nos desean suerte en nuestro viaje. Embobada con las mariposas, veo a lo lejos un animal que no sé identificar de primeras, ¡es una mamá emú con sus hijitos! El emú junto al canguro, son los animales del escudo australiano.


Llegamos a Adelaide y conozco al cuarto componente del grupo y al segundo coche, Theo, francés y rollete de María. Aquí es cuando el plan original cambia y yo paso a dormir del coche a la tienda de campaña que compré de por si acaso ( prefiero no comentar sobre el cambio de plan).
mi tienda es la azul

En Adelaide visitamos el mercado central, lleno de puestos de frutas y verduras y otros tipos de comida. Acabamos en un oriental comiendo noodles. Ya sentimos el calor de la Australia Meridional, hemos dejado atrás el fresquito de Victoria. Se respira buen ambiente, e incluso hay un festival gratuito al aire libre…, nada no nos ponemos de acuerdo, nos marchamos de Adelaide.
Esa noche dormimos en Malala stadium, un campo de futbol americano cuyos terrenos alrededor han sido habilitados para acampar gratuitamente. Es gracioso ver a toda la gente acampar donde se supone que se juega al futbol. Cada uno va equipado como puede, pero hay gente super pro, con caravanas, barquitas, quads y de todo, hay gente que está viajando por un año, muchos mochileros pero también australianos, sobre todo jubilados.



Nos adentramos en la Australia Meridional, un aire al viejo Oeste,  una carretera rodeada de desierto lleno de arbustos con colores rojizos, verdosos y muchos marrones. No os imaginéis el desierto del Sahara de dunas de arena. En Aligator Gorge, observamos el cañón de arenas rojizas cubierto por vegetación y tenemos la oportunidad de ver un lagarto llamado varano aborícola. Hace muchísimo calor, pero una ruta hacia dentro del cañón hubiera sido genial!



El siguiente pueblo es Iron Knob, ¡dónde ha estado hasta la Reina de Inglaterra dos veces! Es un pueblo minero en donde se han fabricado muchos barcos de metal, algunos bastante importantes. Lo mejor, el amanecer de tonos rosados y violetas.



En Elliston, un pueblo en medio de la nada y sin apenas cobertura, nos montamos una tarde/noche entretenida con unos australianos, nos desafían a un billar y entre cervezas y risas nos dan las tantas. Aquí es cuando contacto por última vez con mi familia antes de adentrarnos en el desierto más profundo ( sin cobertura), tres días después mi padre me informaría que había puesto una denuncia de desaparición, ¡estábamos en busca y captura y nosotros sin saberlo!

En la playa al día siguiente hago un intento de kite surfing, y digo intento porque en realidad vi mi vida pasar ante mis ojos, un viento fuerte me tira hacia adelante y pierdo el control, a lo supermam vuelo unos metros y cuando el viento para me estampo contra la arena. Ahora me rio, sí. Parecía más fácil ver al chico francés manejarla…

En Streaky bay, vemos un atardecer alucinante, además hay luna llena y no hay necesidad de usar luces. Un vino alrededor del fuego hace la noche perfecta.


 Por la mañana temprano, todos duermen, yo me voy a la playa, paseo, me doy un baño y me pongo a leer bajo el sol, me siento libre en una playa para mí sola.
Continuamos hacia la playa más esperada, Cactus Beach, olas perfectas, como las de las pelis de surfistas, y ..¡con tiburones! Aún así nos damos un remojón.


El desierto de Nullarbor
A partir de aquí se acaba la civilización, hasta llegar a Esperance, solo hay km de carretera con “pueblos” cada 200 km, lo entrecomillo porque son gasolineras donde a veces hay alguna que otra casa y ya ( pero con comida vegetariana/vegana!). Estamos pendientes de la aguja de la gasolina, en Adelaide repostamos a 1.16 AUD, en el desierto a 1.80 AUD.



Atravesamos 1200 km en dos días, ¡¿estáis locos?!, vimos el tiempo nubladillo y aprovechamos, cambiando de conductor cada 2 horas y con la música bien alta. He de decir que después de casi 4000 km conduciendo, soy ya casi una experta en conducir (un coche automático) por la izquierda. Tuve la oportunidad de conducir la carretera más recta de Australia y probablemente del mundo, 146 km en línea recta, ni una curva por medio del desierto, ¡uoh! ¡Fue todo un desafío al aburrimiento al volante!, cuando por fin aparece una señal de curva a la izquierda, respiré aliviada. 


Durante el trayecto, pude admirar el paisaje desértico, ahora entiendo porqué Australia tiene la mitad de habitantes que España aunque sea más grande que Europa, está despoblada. El entretenimiento al volante era saludar a los pocos conductores que venían de frente, como en el camino de Santiago con ¡buen camino!, aquí levantábamos una mano del volante a modo saludo.

En estas tierras habitan canguros, wombats, camellos y todo tipo de carroñeros. Desafortunadamente hay muchísimos animales muertos en las cunetas ( arcén con h o sin h, ehhh ponga cuneta), pero gracias a ello vimos unas águilas enormes que acudían al olor de la carne fresca. También vimos un grupo de camellos bastante grande a la distancia.


De vuelta a la civilización
Esperance, no podrían haberle puesto mejor nombre al primer pueblo grande que vimos después de días en la nada. Entramos al supermercado como si entráramos en otra dimensión, como niños, nos recorrimos todos los pasillos. Esa noche nos comimos una merecida barbacoa( vegana/carnívora)  en un camping. Y al día siguiente… el maravilloso parque nacional cape le grand!! En Australia la entrada a los parques se suele pagar online o donando, lo que significa entrada gratuita para mochileros a menos que te pillen los guardas, ¿mi?¡No inglis!

Disfrutamos de un día genial en la playa de arena blanca y aguas turquesas acompañados de canguros. 



Fue un auténtico placer, sentí la felicidad de los otros, habíamos sobrevivido al desierto y ahora estábamos en el paraíso.

La lluvia nos hizo pasar una noche en el camping de Hopetoun ( no es un mal deletreo, resulta que hay muchísimos pueblos que fueron mal escritos por los conquistadores y así se ha quedado el nombre, en realidad seria Hopetown, la ciudad de la Esperanza). Resultó que el bar del camping era lo más del pueblo, y además era sábado noche, conocimos a la juventud y a la menos juventud del pueblo entre cervezas y conversaciones. En realidad estaban todos borrachos como cubas, pero lo pasamos bien.

Según avanzamos, comienzan a aparecer más y más arboles hasta que llegamos a Denmark, un pueblo entre bosques de árboles frondosos. Aquí nos alojan unos amigos australianos de María que viven en una casa de ensueño en mitad del bosque. Una casa de madera con grandes ventanales, ¡una pasada! Cenamos por fin un plato bien cocinado, pues durante todo el viaje hemos tirado de sándwiches, pasta y alguna que otra bbq.

No podíamos seguir sin parar para escalar el Gloucester Tree, el sueño del alemán durante todo el camino. Escalamos sin arnés ni nada por unas barras de metal todo el árbol hasta la copa, 53 m de subida…y de bajada. Una y no más, las vistas de pájaro maravillosas, pero me temblaba todo.





Fin del Road Trip
Finalmente llegamos a Margaret River, aquí sabíamos que cada uno tiraría por su lado. Un abrazo, vemos marchar a Melvin que se va haciendo autostop hasta Perth. Los 3 restantes comemos y un rato más tarde nos despedimos con otro abrazo. Yo decido pasar la noche en Margaret River para descansar finalmente en una cama y al día siguiente cojo un bus a Perth, pero esa ya es otra historia que contar.

El Road Trip (viaje por carretera) ha sido genial, me ha permitido ver la Australia más profunda, la increíble vida salvaje y disfrutar de paisajes nunca vistos. Aprendí a convivir (y a tener mucha paciencia) con gente que no conocía de nada y que finalmente, de una u otra manera, nos convertimos en una pequeña familia lejos del hogar. Muchas risas, cervezas, juegos y kilómetros compartidos.
El desierto fue un desafío, pero que nadie me diga que le lleve porque es un viaje irrepetible, vamos, que no vuelvo a repetir esos días de calor con la espalda pegada al asiento entre tormentas de arena, una vez mola, dos ya no, lo siento.
El viaje duró 17 días, a mí me hubiera gustado haberlo extendido mucho más y haberlo hecho más relajado, pero como ya he dicho, habemus paciencia, ninguno teníamos curro ni planes, pero a alguno se le metió un petardo en el culo. 
mapa del recorrido

Dejadme comentarios que me gusta saber que la gente me lee!

PD: Planeando la siguiente aventura Australia y enamorandome de este país…