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jueves, 5 de diciembre de 2013

India… el país de los colores


Si Tailandia fue el país de las sonrisas, éste ha sido definitivamente el país de los colores. Es maravilloso el colorido en los ropajes de las mujeres, en los turbantes de los hombres y en los mercados de verduras y especias.
mujer vendiendo verduras

mujeres realizando ofrendas


India ha sido un país que me ha impactado muchísimo, tanto por su cultura como por su gente. Para ser sincera, la pobreza de este país no me ha cogido por sorpresa puesto que estuve en Tailandia hace siete meses y ya vi un asomo de este tipo de economía, pero si comparamos ambos países, India se lleva la palma.
En rasgos generales, India es un país muy pobre. Ya me habían hablado de ello, pero no os podéis hacer una idea exacta sin verlo, de lo subdesarrollados que van en cuanto a Europa.
Pero a pesar de ello, India es un país muy rico en cultura y de todo ello voy a intentar plasmar en este post lo que más me ha llamado la atención durante mi viaje de 3 semanas por la India junto con los hermanos Vaquero o más conocidos como “los vaya vaya ”.
El viaje después de 4.000 km:

DELHI:
Caos sería la mejor definición para esta ciudad. Coches, rickshaws ( conocidos como tuk-tuks), gente, mucha gente, vacas, perros, cerdos, y el sonido de los claxon de los vehículos, todos ellos se entremezclan en una armonía sin orden aparente. 
plaza de Delhi

Esta fue la primera impresión, creíamos que todo este barullo se debía al ser Delhi la capital, pero según avanzábamos, nos íbamos dando cuenta que todo era igual, el mismo caos o parecido en todas las ciudades, y el sonido constante del claxon… ¡ese ruido infernal! Al que finalmente tuvimos que acostumbrarnos. Como nota os diré que para sacarse la licencia de conducir en India, solo hay que ser capaz de realizar un 8 con el vehículo, y si aun así no se es capaz, nunca viene mal una propinilla… de ahí podréis averiguar la forma de conducir de este país. Todos quieren pasar a la vez, todos adelantan a todos a la vez que van esquivando vacas , pitan para girar, pitan para adelantar y si llevan mucho rato sin pitar también pitan y de ahí los atascos enormes que se forman( lo que conlleva aún más ruido).
Nuestro hostal en Delhi se encontraba en un callejón, y cuando digo callejón me refiero a que entre los dos edificios, si sacabas la mano podrías chocar los cinco con el de enfrente.
 Recién llegados nos fuimos a explorar la ciudad. Decidimos coger un tuk-tuk que nos llevara todo el dia de un lado a otro a ver los monumentos más importantes, teníamos algo de prisa ya que solo pensábamos quedarnos un día. Visitamos el fuerte rojo, la vieja Delhi, la puerta de India y uno de los grandes bazares.

templo de lotus


mezquita de Delhi

Lo que me llamó la atención por primera vez fue el cómo la gente se nos quedaba mirando con mucha curiosidad. He de decir que durante todo el viaje nos hemos cruzado con muy pocos turistas blancos, por lo que no es de extrañar que quizás algunos indios no hayan visto nunca a un occidental. Y aquí en la capital había muchísimos turistas indios, pues viajan muchísimo dentro de la India, de hecho hemos tenido muchos problemas en el transporte debido a que siempre estaba lleno. Lo más gracioso de esta curiosidad es el hecho de que nos sacaran fotos. Las primeras veces fueron muy graciosas, pues no lo esperábamos. Las familias nos pedían hacernos fotos con ellos y de fondo con los monumentos, primero la familia, luego con los niños, luego las dos chicas solas, luego Dani solo. Pues eso, las primeras 20 fotos tuvieron gracia, luego ya después de 100 fotos la fue perdiendo. Pero aun así era divertido y una forma más de acercarnos al pueblo. Muchos nos preguntaban de dónde éramos y a veces ni sabían dónde estaba España, nos hacían muchas preguntas por lo que confirmo que los indios son gente curiosa y que les gusta aprender. Creo que si no fuera por la pobreza que padece el país habría grandes genios (más de los pocos que ya hay procedentes de India, por ejemplo muchos médicos).

VARANASI:
Llegamos a esta ciudad en tren. El tren nocturno, una gran experiencia de 15 horas. La verdad que se duerme genial con el traqueteo del tren, como si de una cuna se tratara. Al coger el tren en la estación de Delhi nos asustamos un poco, pues mientras esperábamos en el andén plagado de gente, veíamos como los indios se metían en los trenes todos a mogollón ¡pero si es que no cabían más y seguían entrando! Las ventanas eran enrejadas, parecía ( perdón por la comparación) los trenes de judíos de los nazis. Salían manos y brazos por todos lados. Y nosotros ahí, mirando y temiendo pasar 15 horas así. Pero finalmente, nuestros tickets eran de otra clase, donde íbamos uno en cada litera. Uff…
estacion de tren
Al llegar, una duchita de agua caliente y cena vegetariana en un restaurante propiamente indio sin turistas. De verdad, como se agradece un simple chorro de agua caliente y que poco nos damos cuenta de ello cuando estamos en casa. La cena genial, he de decir que yo no aguanto el picante, a mi eso de comer soplando y bebiendo y comiendo pan porque pica no me va, pero no toda la comida india pica (bueno muy poca), pude encontrar platos muy ricos como el pakora, que es un plato tradicional indio que consiste en un rebozado de una masa y en cuyo interior puede llevar queso, verduras o pollo. Este ha sido el plato estrella del viaje.
asi nos poniamos
En Varanasi paseamos entre monos en el templo de Durga, donde casi me quedo en bragas al tirarme un mono del pantalón, visitamos el campus de la universidad donde nos encontramos el templo “Vishwanath” bajo la miradas de los estudiantes, el fuerte de Rammager, el cual no destacó mucho por si mismo sino por el viaje que hicimos en tuk tuk hasta llegar a él por suelos empedrados de la ciudad y  la mezquita donde ni siquiera nos dejaron acceder con un boli.
Al atardecer visitamos las orillas del Ganges, concretamente al ghat Dasaswamedh, donde se celebra un ritual todos los días llamado “Puja”, una ceremonia Aarti realizada por los sacerdotes jóvenes de la casta Brahman, la casta religiosa y la más alta de todas las de la India.
Los sacerdotes se internan en una danza con fuego mientras toda la gente mira expectativa en silencio. Nosotros nos sentamos en unas escalinatas y al rato se sentó cerca una familia con niños, éstos se cansaron pronto de mirar y comenzaron a jugar con mi cámara de fotos echándose fotos, les hacía mucha gracia. Finalmente la familia nos pidió hacernos una foto con ellos e imprimieron la fotografía al momento, también se hicieron otra solo los 4 miembros de la familia, pero decidieron solo comprar la nuestra, lo cual tiene su gracia cuando es el marido el que pagaba la foto donde salíamos nosotros con la familia y no él.
puja en el Ganges

familia india
A la mañana siguiente nos levantamos a las 4.30 de la mañana para ver el amanecer como nos habían recomendado. Nos sentamos en silencio en uno de los ghats (embarcaderos) todavía a oscuras a observar como la gente realizaba sus rituales en el rio. Un grupo de mujeres rezaban cánticos mientras otros se bañaban en el rio para purificarse el cuerpo (conocido como abluciones). El ambiente ponía los pelos de punta, el sonido del om de esos canticos y en esencia el conjunto del ritual cuando estaba a punto de salir el sol. Fue algo alucinante.
rituales a las 5 en el Ganges

Bueno amaneció sobre las 6 de la mañana, pero en realidad no vimos el sol hasta que se erigió en el horizonte debido a la contaminación del aire. Y algo que debo criticar, los turistas en barcas con sus cámaras intentando captar hasta el último pelo del sobaco de la pobre anciana que se está lavando en la orilla del rio. Como si de monos se tratara, los turistas no tenían reparo alguno en acercarse y hacer las fotos a la gente desnuda. Ello me dio mucha rabia, una vez más, el occidental haciendo de algo tan personal una turistada. Tampoco creáis que los indios se exponen al público, obviamente mientras se secan y se visten, se cubren con una tela como podemos hacer nosotros cuando nos cambiamos en la playa.
Al amanecer, como unos turistas más, recorrimos el Ganges en barca, sin pasarnos con las fotos. Y de repente a 3 metros de nosotros…¡un muerto flotando! Y enredado en las cuerdas de una barca, fue muy desagradable, pero ¿no incineraban a los muertos?.
Tras una clase de yoga impartida por un experto indio y mirando al Ganges (alucinante), tomamos un gran desayuno y nos acercamos al Ghat Manikarnika donde se realizan las cremaciones. Por suerte, uno de los sacerdotes nos subió a un balcón donde pudimos contemplarlo todo al detalle. Éste sacerdote nos explicó que las cremaciones son realizadas por la casta más baja y que no dependen del gobierno, siempre ha sido llevada por esta casta. Y como en todos lados, siempre hay sitio para los ricos y para los pobres, pues en las cremaciones también, había piras para ricos y otras para pobres. Todos los cuerpos son quemados a excepción de 5 que son puros, los animales, los niños menores de 10 años, las embarazadas por llevar un niño dentro, los sacerdotes y los leprosos, estos últimos no se queman para evitar el contagio al quemarlos según este sacerdote, de ahí el muerto que vimos flotando, pues a estos los hunden en el rio con piedras y alguna vez estas piedras se desprenden y el cuerpo sale flotando a la superficie. Además se usa una madera especial que es traída en barca desde lejos, y hace que al quemarse el cuerpo, el humo no huela a muerto.
barca con madera especial, ghat al fondo
Fuimos testigos de un ritual completo, donde la familia trajo al cuerpo cubierto de telas doradas y de colores, lo lavaron en el rio por última vez y lo colocaron en la pila funeraria. Lo rociaron con unos aceites y lo prendieron. Cada cuerpo tarda unas 3 horas en quemarse completamente. Al día pueden realizar unas 100 cremaciones. Después echan las cenizas al rio. Llamaba la atención la ausencia de mujeres y niños. Y resulta que tienen prohibido el lloro cerca de las incineraciones puesto que el alma del muerto tiene que irse en paz y feliz y el lloro la entristecería. Por ellos las mujeres y niños, los más vulnerables al lloro, no acuden a las cremaciones.
Pudimos ver 10 cuerpos a la vez quemándose, fue muy impactante.
Después de este magnífica mañana, conociendo parte de la cultura India, comenzaría nuestro fatídico dia…
Nos presentamos en la oficina de trenes, nuestros tickets aun estaban en lista de espera, después de una hora seguíamos igual y se acercaba la hora de partida del tren. Oficinista ¡qué hacemos! Comprar un open ticket, subiros al tren y llorar al revisor que os de una litera. Ventanilla de open ticket aborrotada de miles de indios, andén, vale nos subimos y a ver qué nos dice el revisor, ¿ y si nos hace bajarnos en medio de un pueblo sin hostales? ¿ si no le encontramos hasta dentro de 2 horas? ¡nooo nos va a tocar ir en el tren apretujados con todos los indios! Vale vámonos a Agra en avión.
Ciber, “sorry no internet”, otro ciber “ sorry no internet in all Varanasi “ ¡QUEEEEE! Vale vámonos al aeropuerto. Una hora en tuk tuk ya de noche. Aeropuerto, ventanilla, hola un ticket para esta noche, no hay vuelos hasta mañana, y cerramos en 2 minutos, adiós, PLASSS!
Desolación…vale taxista, llévanos a un hotel cercano con wifi. Hotel de lujo con recepcionista GILI…… Hola queremos la habitación más barata. Lo siento solo puedo ofreceros la habitación Royal deluxe o la suite deluxe. ¿Qué no entiendes por habitación mas barata?¿no ves nuestras pintas? Tras un laro regateo….¡hasta para los hoteles hay que regatear! Nos quedamos 2 habitaciones dobles porque al señorito no le da la gana ponernos una extra bed. Espera espera, que el wifi no va. Oh si que funciona, en un minuto lo arreglamos. Algo en indio uno sa otros. Vale que te den, nos vamos. Taxista, llévanos a un hotel con wifi en Varanasi. Recepcionista engreído hablando en indio al taxista para que no nos dejara ir. Taxista, te pagamos nosotros, no él. Vale taxista conoce hotel bueno en la ciudad.  Chabolas, pasamos puerta del hotel, extra lujo…Pero te dijimos hotel barato, si si este es amigo mio, discount discount. Agotados y rendidos caimos en la trampa…al menos tenia wifi para poder comprar los billetes de avión. Me dio repugnacia hasta de mi misma de estar en la India en esa clase de hotel. Como pude existir ese lujo cuando hay millones de pobres…
El super hotel de lujo no incluia wifi. No era caro para nosotros, pero si para la India, creo que llegamos a pagar unos 20 o 25 euros en total cuando una habitación normal y decente la tienes en India por 6 o 7 euros.
Vale, centrémonos, avión, Aldara:”ya pago yo con la tarjeta”. Sandra: “ no Aldara, dejame pagar a mi que a ti te da error a veces y ya los que nos faltaba hoy”. Miro mi riñonera para sacar la tarjeta y ¡SORPRESA! ¡Donde está mi tarjeta!¡he perdido mi tarjeta del banco! Locura, vaciar mochila, NADA. Cancelar tarjeta, llama al banco y que la tia del banco entienda tus apellidos en español. Mientras los Vaquero, consiguieron que el director del hotel nos sacara el vuelo a cambio de un módico precio por supuesto… Bueno tickets en la mano, tarjeta perdida. Supongo que me la deje en el cajero de Delhi al sacar dinero.Mi nuevo banco, Aldara. Ese dia fue el peor de todos mis viajes hasta hoy, espero que no haya más parecidos.

AGRA
El Taj Mahal, ahí está, erigido en mármol blanco, precioso. Una de las maravillas del mundo que tantas veces hemos visto en documentales y que además lo hemos estudiado en el colegio. Ahí estaba, deslumbrante como una gota en la eternidad reflejando los rayos del atardecer. Una sensación extraña me recorrió el cuerpo al cruzar la puerta de caliza roja de la entrada. 

 El Taj Mahal es un mausoleo construido por el emperador musulmán Shah Jahande la dinastía mogola en honor a su esposa favorita Mumtaz Mahal, que murió en el parto de su decimocuarta hija.( normal, estaba la mujer que ya no podía con su cuerpo). El emperador quiso haber construido otro mausoleo negro para él en la otra orilla pero no tuvo tiempo puesto que fue encerrado por su hijo. Ahora esta enterrado junto con su esposa en el Taj Mahal.
Para llegar hasta el mausoleo en sí mismo tuvimos que hacernos al menos 20 fotos con diferente familias. Pero finalmente llegamos y pudimos contemplarlo en todo su esplendor.
 
una de las grandes familias indias
Por añadir una curiosidad, la entrada nos costó 750 rupias, mientras que a los indios les costaba 20 rupias. Y así en todos los monumentos que visitamos.
Pasamos la tarde en la azotea de nuestro hostal mirando hacia el Taj Mahal al atardecer, con el poblado a sus pies habitado en sus azoteas por una colonia de monos un tanto locos. Probamos a dar un paseo por la ciudad, pero al meternos en unas callejuelas nos dijeron que no teníamos nada que hacer por allí y que nos diéramos la vuelta. Lección aprendida para todo el viaje, cuando se ponía el sol mas valía quedarse en el hostal descansando. De ahí aprendimos a buscar azoteas o roof terrace geniales, con ambientes chillout donde no se estaba nada mal.

JAIPUR
La ciudad rosada. Pronunciada por los españoles como jjjaipur (y propiamente pronunciada /yaipur/. Todos los indios nos identificaban por esta pronunciación como escupiendo según ellos. Spain is different….
A destacar las fachadas rosadas que están bañadas en este color debido a la visita del príncipe de Gales en 1905. Desde entonces este color simboliza la hospitalidad de la ciudad.
Visitamos el city palace, el Jantar Mantar ( conjunto de construcciones astronómicas  y patrimonio de la humanidad) y el Hawa Mantal o palacio de los vientos. Precioso este último, con la fachada rosada y repleta de enrejados tallados en la propia fachada por donde las mujeres veían la calle sin ser vistas.
También visitamos el fuerte de Amber, uno de los más grandes y mejor conservado de los que hemos visto. Si en Tailandia nos hartamos de templos, aquí nos hemos hartado de fuertes. Era precioso, erigido en lo alto de la montaña donde ahora solo habitan unos pocos monos. ¡¡Me encantan los monos abrazaditos con las crías!!
Y por último el palacio del agua, el Jal Manhal hundido en el medio de un lago

PUSHKAR
Llegamos a este pueblo entre brinco y brinco. En un autobús sin amortiguación ninguna que tuvo que ser empujado para arrancar. Íbamos saltando de un lado para otro, que risa, sí, la primera hora, luego ya no. Nos deja el autobús en medio de la nada, y cuando digo nada significa arena, más arena y tuk tuks sueltos que eso nunca puede faltar en India. Cuando ya nos dimos cuenta que el autobús no estaba haciendo una parada, sino que ese era el pueblo, emprendimos el camino hacia el horizonte en busca de un hostal, tras unos pasamos ya pudimos divisar el pueblo al fondo, no nos habían engañado.
Llegábamos a tiempo para la feria de camellos, una de las más importantes del mundo. Y allí estábamos nosotros, entre el alboroto de esa feria india. Me sorprendió la existencia de norias y barcos piratas para montar, sinceramente no me lo esperaba. 
 
feria de Pushkar

 Nos rodeaban cientos de puestos ambulantes y de casetas, todo al estilo indio. Pero lo mejor de la feria, obviamente la cantidad de camellos concentrados en un mismo punto y adornados con colores estrafalarios, con las cabezas alzadas como si de verdad pudieran sentirse orgullosos de sus vestimentas, quién sabe, quizás si lo sienten.
dromedario adornado
 
al atardecer en la feria
 
muchos camellos juntos

La feria también incluía gitanas indias que intentaron robarnos, nos ofrecieron hacernos fotos con ellas, pero en cuanto comenzaron a cogernos las manos nos dimos cuenta de lo que querían, y perdone usted, pero somos españoles, que de estas cosas sabemos un rato ¿o no?
Al atardecer visitamos uno de los ghats en el lago central donde fueron esparcidas las cenizas de Gandhi, una vez más disfrutamos del ambiente que supone una puja a la orilla del agua.
Día final de la feria de camellos. Estadio de arena a rebosar de gente y entre la multitud avistamos un espacio  de gradas vacío donde solo hay blancos sentados. Allá vamos, ¡somos vip! No es que esto me guste, pero a la vez que al turista le hacen pagar más en los monumentos, también nos hacen “vip” en los festejos, el caso es tratarnos de forma especial en los dos sentidos. Así pues disfrutamos de la exhibición sentados, mientras los indios se apelotonaban en la valla. Primero un baile tradicional de niñas vestidas de miles de colores y después camellos corriendo con sus jinetes incluso de pie sobre ellos. Músicos y mucha gente estrafalaria. Y una vez más, he aquí el turista irrespetuoso metiéndose dentro del límite de la valla para sacar las mejores fotos de las niñas bailando y después alardear. ¿Acaso en una exhibición de gimnasia rítmica en Europa se meterían a hacer fotos mientras bailan? De verdad, a más de uno le hace falta alguna clase de respeto. Pero en general, fue genial ver una exhibición de este tipo en la India, es algo magnífico.
tipo estrafalario en la exhibicion
 
indios expectantes en el estadio
En este pueblo, puesto que es un lugar sagrado de peregrinación, está prohibida la carne, los huevos y el alcohol. Y casualmente, estando sentadas Aldara y yo mientras esperábamos algo, vimos a un hombre que daba vueltas por la plazilla. De repente vimos como otro hombre se acercaba y le daba dinero a la vez que cogía algo de unas piedras. Y así repetidas veces varios hombres. Era un trapicheo de botellitas de alcohol por 40 rupias!. Pronto se nos arrimaron unos chicos para preguntarnos de donde éramos y tal y decidimos irnos. Pero el hombre que daba vueltas nos siguió y nos dijo muy serio:”no talking, no problema ok”. Nos asustamos un poco la verdad y nos fuimos de allí.

UDAIPUR
Viaje horrible en autobús. Fuimos en literas para dormir, pero entre lo mal que conducía el conductor que iba demasiado rápido y adelantando camiones, y el mal estado de la carretera, eso fue para mí como una tortura china, querer dormir y botar cuando vas a coger el sueño. No se lo recomiendo a nadie.
En esta ciudad visitamos un palacio y poco más, pasamos bastante tiempo el un roof terrace. Una de las noches nos tomamos un lassi (batido de yogurt indio) mientras escuchábamos a un tipo de Sri Lanka tocando, estuvo genial.

JODPHUR
De camino a Jodphur pasamos por Ranakpur para ver unos templos jainistas construidos en medio de la selva. Impresionantes templos, con esculturas talladas en la piedra. No conocía la religión jaimista hasta este momento, os animo a echar un vistazo en google.
interior templo jainista

entrada al templo jainista
En Jodphur, la ciudad azul, visitamos el fuerte de Mehrangarh, impresionante y muy bien conservado del siglo xv. Lo peor de ello, subir una cuesta de la muerte (como decimos nosotros) a pleno sol. Es el fuerte que más me ha gustado. Con sus enrejados tallados y la fabulosa vista de la ciudad azul. Antiguamente los sacerdotes, brahmanes, pintaban sus casas de azul para identificarse, pero hoy en día la mayor parte de la ciudad está pintada de azul, sí de un azul pitufo que la hace muy bella.
Y cerca del fuerte el mausoleo de Jaswant Thada construido con un mármol tan fino que dejaba pasar la luz del sol.
vista de Jodphur desde el fuerte

ardillita india

fuerte iluminado

monitos que habitan el fuerte

JAISALMER
La ciudad dorada, por las fachadas de arenisca . El fuerte de Jaisalmer es el único de los que vimos que aun sigue habitado por dentro. Además dentro existen otros 3 templos jaimistas, preciosos, pero no tan impresionante como los de Ranakpur en medio de la selva.

Jaisalmer
 
palacio hundido

En esta ciudad realizamos un safari al desierto. Por la mañana, un jeep nos llevo a 45 km adentro del desierto. No os imaginéis un desierto de dunas , era un desierto de arbustos secos con algún poblado esparcido. Nos juntamos un grupo de 10 personas, alemanes, holandeses y británicos. Todos hablando , pero para variar, los british a su bola sin relacionarse con los demás. Montamos en  los camellos, bueno tenían una joroba por lo que eran dromedarios. Íbamos unos detrás de otros en fila y atados por cuerdas aunque luego por la tarde si nos dejaron montar solos, ¡que miedito! Al principio el camello iba para donde quería pero finalmente conseguí dirigirlo. Al atardecer llegamos a unas dunas de arena donde vimos ponerse el sol, fue una imagen preciosa con el cielo iluminado de naranja, casi como una postal africana.

atardecer en las dunas
 Los indios prepararon dos fogatas para cocinar y calentarnos, allí cenamos, en los cubiertos lavados con la tierra del desierto y el arroz cocido en agua de una cañería no muy segura…Pasamos toda la noche a la intemperie, sin tiendas, la arena, las mantas y nosotros. Con un manto de estrellas cubriéndonos. Era espectacular,¡ se podía ver hasta la vía láctea! Al amanecer también disfrutamos de unas vistas geniales del sol saliendo en el horizonte. Lo peor fue volver en camello hacia donde nos había dejado el jeep el día anterior, 2 horas de caminata en camello con las agujetas que ya teníamos. He de comentar además, que los camellos no estaban muy bien cuidados a mi parecer, había uno incluso que no tenía ni dientes y se le caía el labio. Supongo que los tienen para el negocio y les importa poco la salud de los camellos.
amanecer en el desierto

mi camello Alex

BIKANER
De esta ciudad solo he de nombrar el templo de Karni Mata o más conocido como el templo de las ratas. ¿Descripción? Asqueroso. Descalzos entre ratas íbamos todos, pisando las caquitas de estos pequeños bichitos sagrados… Hay muchas leyendas sobre este templo. La diosa Durga en el siglo XIV pidió a Yama, dios de la muerte, que devolviera la vida a su hijo Lakhan, quien había muerto ahogado. Y a partir de aquí surge la diversidad de historias, unas dicen que el dios reencarnó al hijo en rata, otras que desde entonces todos los niños se reencarnan en ratas, y otras que el dios rechazó la petición y la diosa Durga decretó que todos los miembros del dios Yama se reencarnarían en ratas. Vamos que ni ellos se aclaran porqué las ratas son sagradas, el caso es que las dan ofrendas y las cuidan. Se estima que hay alrededor de unas 20.000 ratas. La verdad es que me esperaba ratas más grandes, pero eran poco más grandes que el tamaño de un hámster, aún así muy asquerosas.
ratitas durmiendo en una verja
ratas a sus anchas con leche y agua


¡ñam ñam!

AMRITSAR
El templo dorado, lugar de peregrinación para los seguidores de la religión Sij, es lo que destaca en esta ciudad. El templo se encuentra en medio de un lago artificial y su cúpula esta hecha de oro. Es una magnifica vista, sentarse en uno de los arcos y contemplar la vida que se realiza allí en los alrededores del templo.
 
templo dorado



 Aquí también se realizan abluciones ( baños para purificarse). Dentro del templo había un museo dedicado a los mártires de esta religión, aquí una vez más, me di cuenta de lo poco desarrollados que están comparando con el resto del mundo. Había cuadros de martirios, cocinando a gente viva en ollas, despedazando bebes enfrente de las madres. Esto no es muy diferente de lo que pasó en Europa hace ya muchos años, pero cuando me acerqué para mirar la fecha del cuadro ¡Oh sorpresa! Eran cuadros del siglo XIX, cuando en España estaba ocurriendo la revolución industrial. Comento esto para haceros una idea de lo poco desarrollado que está este país.
Existe otro templo de construcción similar pero para la religión hinduista. Y lo que más me llamó la atención en esta ciudad fue el templo de Mata, fue el templo más curioso que visitamos. Al estilo del barco “Reina de África” del parque de atracciones de Madrid. Consistía en unos laberintos, donde para pasar de una zona a otra tuvimos que atravesar una cueva a cuatro patas y salir por una puerta que era la boca gigante de un león. Otra zona donde las paredes se juntaban y solo había un camino estrecho de agua que debíamos atravesar para llegar a uno de los santuarios. De verdad, nunca imaginé encontrar un sitio sagrado asi de divertido.
templo Mata, sorry no tengo fotos de los pasadizos...me lo estaba pasando muy bien como para hacer fotos jajaja
 Esta ciudad está muy cerca de la frontera con Pakistán, por lo que nos acercamos para ver la pantomima que hacen los dos paises en el cambio de guardia. A ambos lados de la puerta de la frontera existen una gradas para el público, y se trata de ver quien se hace oir mas alto mientras los soldados se exhiben ante la población para demostrar qué país es mejor. Pos si alguien no lo sabia, Pakistan pertenecia antes a India. A mi esta exhibicion de fuerzas me pareció patética. Ver como dos paises se enfrentan entre sí de esta forma tan ridicula en vez de darse la mano y ayudarse para salir de la pobreza que cubre ambos paises.

soldado(no puedo girarla)

De Amritsar volvimos a Delhi donde pasamos una noche y volamos al día siguiente. Apenas teníamos dinero por lo que no hicimos mucho más de lo que ello nos permitió.

REFLEXIÓN
La India me ha abierto mucho más la mente y a ello ha ayudado el libro que he leído mientras viajaba “El monje que vendió su ferrari”. Creo que todos los que me conocen bien dirían que no soy una persona derrochadora, de hecho mucha gente se ríe de mí porque llevo el mismo abrigo desde hace 3 años. ¿Por qué no puedo llevar el mismo abrigo 3 inviernos seguidos si está limpio, no está roto y ni tiene bolitas? ¿ Por qué hay que seguir los estándares de moda y cambiar el abrigo cada año? ¿Sabéis cada cuánto cambian de abrigo los indios? Nunca, porque muchos ni siquiera tienen con qué abrigarse, sino que usan unas mantas raídas. Y mientras tanto aquí en Europa llenamos el armario con decenas de prendas de ropa, y de abrigos. Con esto quiero hacer referencia a los excesos que nos pegamos mientras otros en el mundo no tienen nada y con ello son felices o al menos se conforman. En India me he dado cuenta de apreciar hasta el mínimo detalle de llegar a casa, entrar en la bañera, girar el grifo y que así sin más salga agua a presión y caliente. No sabéis cuanto se echa esto de menos…
Hemos visto cientos de gente durmiendo en las calles, a veces no sabíamos siquiera si estaban vivos o muertos. Hay muchísima pobreza y no hay clase media, o eres pobre o eres rico pero no hay un término medio definido diría yo. La vida en la India está hecha en torno a la religión, emplean mucho tiempo en rituales, en peregrinajes u oraciones. Yo no soy creyente de ninguna religión, y quizás por ello  me parece una pérdida de tiempo, aunque lo respeto. Pero pienso que si esta gente empleara su tiempo en sacar el país adelante de alguna manera quizás mejorarían su condición de vida, pero creo que hay demasiado conformismo, están contentos con lo que tienen y no ven la necesidad de evolucionar. Veo tan difícil el desarrollo en este país…Aparte de que el gobierno tampoco ayuda mucho.
Por eso os animo a conformaros con menos, a no derrochar en marquitas ni en tonterías. Podemos vivir igual de cómodos con menos de lo que tenemos, solo hay que proponérselo. Y ese dinerillo que nos podríamos haber gastado en unas zapatillas de marca, se puede emplear en donarlo a una ONG. Y ya no hace falta que sea para países del tercer mundo, por desgracia, hoy en día, una pequeña ayuda viene bien hasta para familias de nuestro propio país.
Y una vez más, me quedo con ganas de seguir viajando y seguir conociendo otras culturas. De nuevo nos hemos encontrado gente recorriendo el mundo por periodos de un año o dos años, así que cada vez veo más posible hacer realidad este sueño de volar hacia el mundo.
Viajar, despertar vuestras mentes, pero nunca dejéis de soñar.















miércoles, 12 de junio de 2013

Tailandia...un viaje al paraíso

  No quiero caer en lo típico, pero sí, debo empezar diciendo que Tailandia es el país de las sonrisas. Los tailandeses tienen una sonrisa para todo, son gente increíblemente  amables y sobre todo son felices a pesar de no tener mucho.
Es difícil describir un viaje que ha sido alucinante en todos los sentidos pero voy a intentarlo:

Dia 1, vuelo de la felicidad:
Thai airways nos hizo de un vuelo de 11 horas y media, las horas más entretenidas que he pasado en un avión. Películas de los últimos meses recientes, juegos con mando de consola en pantalla individual y comida cada 2 o 3 horas! Incluso algún bacardi que otro, que ignorantes de nosotros, pensábamos que habría que pagar por ello y al final del vuelo nos enteramos de que todas las bebidas eran gratis. Vamos, que lo disfrutamos como niños. Volver a viajar con Rynair va a ser muy duro.
Ah, y al estilo peliculero, anunciaron por megafonía si había algún médico en el avión, nadie dijo nada, así que les dijimos que nosotros éramos enfermeros. Ya estábamos todo emocionados. Finalmente era una niña vomitando en el baño por lo que no podíamos hacer mucho al respecto(no es por nada, pero podría haber sido algo más interesante..)

Dia 2, visita a Bangkok:
Llegamos al aeropuerto de Suvarnabhumi(nombre impronunciable) sobre las 6 de la mañana( en España medianoche aun), era como viajar al futuro, además estábamos en el año budista 2556.
Cansados, pero con el entusiasmo de llegar a un país diferente y querer verlo todo, dejamos las mochilas en el hotel Prince Palace y nos dispusimos a ver la ciudad.
Visitamos muchísimos templos, el Wat Pho, el Wat Arun, y más, en definitiva al final del viaje acabamos un poco cansados de templos…si, muy bonitos, pero demasiados.
En general, he de decir de Bangkok que , en mi opinión y seguro que la de muchos, es una ciudad feísima. Edificios nuevos junto a barrios pobres, donde el caos reina en todas partes, los coches conducen como quieren y  los cables de red eléctrica pasan por cualquier parte formando numerosos enredos.
 
cableado en Bangkok
 Al final del día, decidimos volver al hotel en tuk tuk, que gran decisión, llegamos empapados al hotel, cámaras, billetes, todo mojado. ¿Por qué? Estábamos en Songkran, ¡año nuevo! Y la celebración consiste en una guerra de agua permanente durante 4 dias. ¡Fue bestial! Nos lo pasamos como enanos! Esa misma noche, aunque estábamos agotados debido a las 32 horas que llevábamos sin dormir, nos fuimos a Kao Shan Road, donde fuimos un punto blanco facilísimo para los tailandeses que nos empaparon con mangueras, cubos y pistolas de agua.



tuk-tuk

 
empapadas despues de la fiesta
 

Día 3, mercado flotante:
Nos despertamos con Bangkok a nuestros pies, desde el hotel se podía apreciar la inmensa ciudad que es Bangkok.
Bankok desde el monte dorado
Y no hay nada mejor que despertarse y desayunar en el buffet que viene incluido en el precio de la noche (15 euros).
El objetivo era llegar al mercado flotante Damnoen Saduak. Tras varios regateos con diferentes conductores ( los taxis llevan un cartel enorme “taxi-meter”, pero la mayoría de los taxistas no quieren hacer uso del taxímetro), encontramos uno que nos llevó al mercado por 700 baths ( 2 horas de trayecto con aire acondicionado por unos 18 euros) .
¡Qué colorido! Flores, frutas, vestidos! Recorrimos el mercado en una barquita que nos llevaba por los canales, íbamos sentados con una sonrisa tonta en la cara, pasmados ante el encanto del mercado. Mujeres con sus sombreros tailandeses vendiendo toda clase de comida. Es aquí donde probamos las frutas que veíamos por primera vez en nuestra vida. He de decir que la fruta tailandesa es muy colorida, como por ejemplo el dragon, pero a mi parecer es algo insípida.
 
mujeres en el mercado

Rambután, una de mis frutas preferidas alli


Aquí también, tuvimos el placer de darnos el primer masaje tailandés. Duro…pero relajante, más de uno se quejaba durante el masaje, pues el masaje tailandés consiste en ejercer diferentes presiones en puntos musculares claves.
Bajamos de la barquita, y paseamos por el resto del mercado. Nos entró el hambre. No había más turistas que nosotros y alguna que otra pareja. Esto es lo que más me gusta, integrarme con la cultura del país que visito, así pues, comimos en unas mesas junto a unos puestos de comida que había junto al canal, y donde estaban comiendo los tailandeses en familia. ¿Qué qué tenía de especial? Que era pura comida tailandesa (“spicy”), y servida en platos que habían sido lavados en barreños con agua del río. Sí, eso mismo pensamos nosotros….aggg! pero luego dijimos, bueno si ellos están comiendo, porque nosotros no vamos a poder hacerlo.
Es cierto que se recomienda no beber agua del grifo, no tomar hielo…pero finalmente creo que salimos inmunizados del país ya que comimos en puestos en muchos sitios y bebimos batidos con hielo todos los días… Veremos que pasa de aquí a un año, si no nos sale algún gusanillo por ahí…
Volvimos a Bangkok en una furgoneta pública, sin aire acondicionado y sin amortiguación alguna pero por la mitad de precio (360 baths).
Por la tarde visitamos el monte dorado y el Buda de Pie que nos faltaban por ver.



 Es aquí donde yo me quedé atrás, el resto siguió hacia delante y me perdí. Estuve media hora perdida, sin móvil, sin apenas dinero y sin llaves del hotel, y todo esto ambientado con un viento removido que anunciaba una tormenta.
 
tormenta acechando
 Sí, tuve miedito, lo acepto. No sabía donde habían ido los demás, busqué en los templos de alrededor con el pulso acelerado y nada. Decidí volver al punto donde los había visto por última vez y esperé, cuando los vi aparecer sentí un gran alivio y enfado a la vez! Mientras yo había estado perdida, ellos habían subido al monte dorado y habían seguido haciendo fotos!!
Al llegar al hotel, no nos duchamos puesto que la noche anterior recién duchados nos empaparon con esa agua con proteínas de tifus y hepatitis A ( ;) )
Y de ahí nos fuimos de nuevo a Kao Shan Road, esta vez con espíritu de venganza cargado con pistolas de agua. Esa noche sí que los disfrutamos como críos, es que no se puede imaginar lo que es aquello, calles llenas de gente, donde apenas se puede caminar, y todos tirándose agua entre sí. Nosotros nos lo tomamos como un juego, bueno es en lo que se ha convertido, pero por tradición, para celebrar el año nuevo se echaba agua sobre las estatuas de Buda en señal de purificación ( aún se sigue haciendo en los templos).
Este fue otro de esos momentos de integración en la cultura, pues apenas había turistas ya que quizás hay gente que le sienta mal que le mojen.
Los tailandeses, vuelvo a repetir, son divertidos, alegres, amables, jugaban con nosotros como si fuéramos uno más de ellos. Pero al ser una calle turística, a nosotros nos hacían pagar 5 baths( 0.10 euros) por rellenar las pistolas de agua.
Acabamos agotados. (imposible llevar la camara, no hay fotos)

Día 4, viaje hacia Sukhothai:
Nos levantamos temprano y partimos en  un tren hacia Sukhothai. 5 horas de viaje en un tren con ventiladores y sin mucha amortiguación, pero una vez más , nos sorprendieron dándonos aperitivo y comida. Es increíble que en un tren tan barato te atiendan tan bien, y sin embargo cuando viajas con rynair lo único que hacen es darte el viaje intentando venderte lo que sea a precios desorbitados.
En este viaje perdí mis zapatillas de montaña. Lección, asegúrate de que llevas un buen calzado. Al menos , pude comprarme otras por el módico precio de 5 euros al llegar a Phitsanulok.
 
con las suelas en las manos

En este pueblo, teníamos que parar para coger un autobús a Sukhothai, pero curiosos de nosotros decidimos darnos una vueltecita, cosa que ningún turista hace puesto que no vimos ninguno más allá de la estación. De ahí que los tailandeses nos pidieran hacernos fotos con ellos. Fue una sensación bastante extraña, pero entrañable a la vez.
Nos encontramos, con que estaban de fiestas, celebrando el año nuevo. Esta vez verbena y lucha de Muai Thai. Fue muy curioso de ver, la lucha es dura, golpes secos y vale casi cualquier cosa. Los bailes tailandeses tradicionales, también divertidos y diferentes a lo que estamos acostumbrados, pero con mucho ritmo.
 
Muai Thai

bailes tradicionales



Disfrutamos de ello, y después nos fuimos a Sukhothai en busca de un hostal. Era tarde y ya no nos daba tiempo a ver las ruinas, por lo que dimos un paseo por la ciudad y nos encontramos de nuevo con la celebración del Sokrhan con agua. Y sí, esta vez conseguimos hacer fotos!
 
Thais en guerra de agua

intentando defendernos

calle llena de agua, intenta no mojarte

tailandeses y yo con mi triple cierre

Songkran!!!!


Agotados, buscando comida, acabamos en unos puestos comiendo pinchitos. Son pinchitos de carne, bastante populares pero nada sabrosos para mí, vamos que no no pude comer más de uno.
 
puesto de pinchitos

Día 5, Sukhothai:
Unos de los días más esperados, ¡por fin tocaba alquilar unas motillos! ¿Chicas queréis conducir vosotras? ¡siiiiii ! 10 metros después, poum!! Trrriisss plash! Choque contra el muro, aún intacta, intento levantar la moto, la cual sin explicación alguna sale sóla hacia delante y me roza el muslo. ¡Et voilá! Tatuaje tailandés, ese que dicen que cuando se va de turista a Tailandia, muchos se lo llevan de recuerdo. Yo estuve toda preocupada porque se me iba a quedar una gran marca. Pero más adelante me despreocupé algo ya que vimos muchísima gente accidentada debido a las motos, incluso a una chica con brazo y pierna vendados y muletas!
Gracias a que iba con mi enfermerita personal, Aldara, que me curó muy bien. (Con algunos comentarios por mi parte de cómo hacerlo, lo sé, soy así, ¡no puedo evitarlo! pero gracias)
 
momento cura

tatu molon tailandes



Las ruinas de Sukhothai, maravillosas, míticas, impresionantes. De hecho fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1991.Nos trasladamos así a la época del primer reino tailandés.
Nos dejamos llevar entre antiguos templos y columnas. Es extraño, que en un sitio tan bonito, antiguo y tan bien conservado dejen pasar coches y motos.
Ruinas de Sukhothai

 Coincidió nuestra visita con algún tipo de ceremonia budista o visita a las ruinas, puesto que en la estatua de un antiguo rey, habían monjes alrededor vestidos de naranja y monjas, sí monjas, vestidas de blanco.
 

Partimos hacia Chiang Mai, más al norte, 5 horas en autobús. Como detalle diré que íbamos ambientados con un video en la tele del autobús de un teatro-musical tailandés algo rarito, pues los actores eran hombres vestidos de mujeres cantando.
Llegamos de noche al hostal Smile (sonrisa). 3 noches para 2 personas por 700 baths (18 €). Este hostal fue uno de los mejorcitos, con piscina en madera muy bien ambientado. Aunque tuvimos un problemilla con el baño, por no dar mucho detalle, solo diré que en todos los baños de Tailandia hay un cartelito que dice “No tirar papel higiénico en el inodoro”. Y a veces otro “keep clean the beaches”.
Esa noche cenamos en el bar donde descubrimos nuestro plato favorito, el Phad Thai (noodles fritos con verdura, pollo, y cacahuetes). Creo que repetimos la visita al bar Andaman Pirate  3 o 4 veces.
Phad Thai


Día 6, Chiang Mai :
¿Alguna vez habéis imaginado o soñado con tocar un tigre? Yo no, nunca se me había pasado por la cabeza, ¡qué locura! Bueno, pues Chiang Mai te da la oportunidad de hacerlo.
Por el módico precio de 200 baths (5€), un tuk-tuk nos paseó por diferentes lugares de Chiang Mai durante toda la mañana.
El primer destino fue Tiger Kingdom. Es un lugar cerrado, tipo zoo en pequeño, con jaulas donde hay tigres de diferentes edades. A mi parecer, es una explotación de animales. Los tigres permanecen encerrados en jaulas, no tienen espacio alguno para correr, y dejarme dudar que no les den algún tipo de sedante. En el panfleto de la entrada es una de las cosas que destacaban, que los tigres no están drogados sino que han sido domados desde pequeños con la técnica del toque en la nariz, es decir, cuando hacen algo malo o algo que el domador no quiere que hagan, se les toca en la nariz con un palo y así aprenden hasta que crecen.
Les mantienen máximo 2 años, ya que dicen que a partir de esa edad, hay más posibilidad de que se vuelvan agresivos. Luego les envían a otros zoos o a reservas, pero estos tigres ya no pueden ser soltados en libertad puesto que han nacido en cautividad.
A pesar de todo fue interesante tocar un tigre, aunque por dentro me estaba remordiendo la conciencia al haber pagado y colaborado a ello. Fue una sensación extraña, y sí, si pasamos algo de miedillo, o respeto mejor dicho. De hecho al final de la visita se empezaron a alborotar un poco y decidimos salir por patas de la jaula.
tigre de 22 meses


Como curiosidad añadida, ¡vimos al actor Miguel Angel Silvestre con su novia! El mundo es un pañuelo, sí.
de paparachis por Tailandia

El resto del día visitamos templos, templos  y más templos. Y terminamos la visita turística con un buen masaje tailandés , ésta vez eran ciegos los que nos dieron el masaje. Fue curioso, eh my frieeend.
Ah, éste día perdimos a uno de nosotros por el camino, así que continuamos el viaje los 3, los hermanos Vaquero y yo.

Dia 7, Chiang Mai vs. turistada:
Dejamos un poco atrás el espíritu mochilero y nos apuntamos a un trekking/turistada de un día por 1000 baths cada uno (23€).
Mereció la pena por el hecho de tocar un elefante. Nunca había estado tan cerca de elefantes, y ya montar en uno fue una experiencia muy chula. Eso sí, aprovechan para sacar dinero de todo, a mitad del paseo un tailandés nos ofreció platanos por 20 baths para dárselos de comer, yo le conteste que no quería dale de comer  ( vamos, que no quería pagar más turistadas) y el hombre me insistió en que por favor le comprara porque el elefante tenía hambre…vale, sí, caímos.
La sensación de tocar un elefante es bastante extraña. Los ves tan amigable, tan “peluchitos”, y al tocarlos tienen una piel durísima y arrugada. Es gracioso ver como cogen la comida con la trompa y se la llevan a la boca. O como te tocan con la trompa para que les des de comer. También había uno pequeñito monísimo.
Si no recuerdo mal, creo que la vida media de un elefante es de 60 años. A estos me parece que los tenían dando paseos con turista hasta los 40 años. Al menos no estaban encerrados en jaulas, sino que estaban sueltos.
Como curiosidad que no tiene que ver con los elefantes, yo compartí el paseo con una mujer de unos 50 años que viajaba sola porque siempre había querido conocer Tailandia y no había tenido la oportunidad hasta ese momento. Era belga, vivía en México con su marido de Argentina. Tenía un hijo en Mexico, otro en Madrid y otro en Bélgica. Curioso ¿verdad?. Me hizo pensar sobre mi vida, sobre qué me deparará el futuro, pues ayer estaba en España, hoy estoy en Reino Unido, pero quién sabe dónde estaré mañana y con quién.
 
hermanos vaquero

yo y el elefante


Después del paseo en elefante, nos tocó algo con un poco más de adrenalina.
 ¡¡¡¡ Rafting en canoas de bambú !!!!! ¡ Buah! Fue una pasada! Ibamos los 3 sentados en una canoa plana hecha con bambús unidos ( muy artesanal, más emoción), y un niño iba dirigiendo la canoa con un palo largo al estilo veneciano, pero en vez de entre canales, en un rio en medio de la selva. He aquí, otra vez, una explotación. El niño no iba a la escuela, de hecho le preguntamos y se rió, como diciendo ¿yo a la escuela?
En la mayoría de los restaurantes o bares que fuimos había niños sirviendo la mesas. Se aprenden el inglés básico en relación al menú y eso es todo, si les preguntas por algo que no tenga relación con el menú, no entienden. Bueno, eso los niños y los adultos.  De ahí el poco desarrollo de este país, los niños no van a la escuela, no se fomenta su futuro, y además, otra de los aspectos que pude observar en cuanto a la economía del país es que no hay precios competitivos. Recuerdo que cuando queríamos coger un barco o un tour a algún sitio, íbamos por varias agencias preguntando precios ( el raterismo o picardía del español, vale regateábamos céntimos, pero hay que adaptarse a la moneda del país, no por tener de sobra en un país más pobre hay que ir regalando el dinero). El caso que todas las agencias tenían exactamente los mismos precios.

Volviendo al trekking, que me voy por las nubes, el paseo en canoa fue divertidísimo, el río era tranquilito, pero en algunos tramos si que era movido. Cuando llegamos al final, en las orillas había pequeños muelles donde los tailandeses pasaban el día con las familias, comiendo todos juntos. ¿Recordais que era el Songkran? Pues aquí de nuevo guerra de agua, íbamos en la canoa y todos los niños que estaban por el río nos salpicaban con el agua ( y nosotros a ellos) diciendo happy new year!! Fue curioso, todos nos miraban, aquí sí que fuimos nosotros los monos de feria, la gente nos hacían fotos, nos sonreían y nos saludaban hello! hello!
Tras esta mañana de aventuras, comimos un menú tradicional en un bar y volvimos a la carga con un paseo por la selva hasta llegar a una cascada.
La cascada preciosa, si no hubiera sido por la serpiente de agua que vimos. Una serpiente nandando por la superfice del agua con la cabeza asomando. ( qué escalofrío) Nada más verla dijimos que no nos metíamos, pero 3 segundos más tarde ya estábamos dentro del agua.
cascada con serpientes

Aquí, otro capítulo de enfermeras al rescate. Una mujer árabe que paseaba cerca de la orilla empedrada cayó al agua como una piedra, no sabía nadar, ni siquiera era capaz de salir a la superficie. Su marido se tiró a por ella y tampoco sabía nadar. Ahí ya fue cuando mi espíritu socorrista/enfermero me dijo ¡eh! y me tiré al agua a por ellos. Aldara fue corriendo por tierra hacia la orilla. Cuando llegamos, ya habían conseguido agarrarse a una piedra y todo quedó en un susto.
Acabamos la turistada en un “poblado tailandés”, por no decir tienda en forma de poblado. No comento nada, porque no merece la pena.
Por la noche fuimos al mercado nocturno de Chiang Mai, enorme. Hicimos algunas comprillas y nos fuimos a dormir tempranito.

Dia 8, viajando a Phi Phi Don:
Vuelo a Phuket(1.5h) . Barco a Phi Phi Don ( 2h). Isla del turista. Vinimos a esta isla por la fama de Maya Beach ( la playa donde se grabó la película “La Playa”, actor protagonista Leonardo Di Caprio). Pero si alguien quiere viajar a Tailandia la puede dejar a un lado, estaba repleta de extranjeros, de tiendas, de hostales, en resumen, una explotación turística, no tiene el encanto de Tailandia. Nos alojamos en el hostal “Tara inn & the rock” por 1500 baths(36€) una noche para los 3.
Por fin pisábamos la playa, es curioso, la isla tiene forma como de dos montículos unidos por un istmo donde se asienta la mayor parte de la población, por lo que a los dos lados de éste hay playa. Nosotros pasamos la tarde en la parte oeste, relajándonos con unas cervecitas en la playa y viendo la puesta de sol( anochecía sobre las 6 de la tarde y amanecía sobre las 5). Esa tarde necesitábamos recuperar energías después de todo lo que habíamos recorrido desde Bangkok, pues llevábamos 8 días y parecía que había pasado un mes de tantas cosas que habíamos hecho.

Día 9, Maya Beach:
Ir a esta playa por nuestra cuenta costaba casi tres veces más que si cogíamos un día completo de turísteo. Así pues, elegimos la opción más barata.  En una barquita nos llevaron por difentes playas de la isla, fuimos parando y  bajando para echar una fotos. Lo cuento así porque no me gustan nada estas turistadas, pero que se le va hacer.
Maya beach, esa playa tropical paradisíaca convertida en una explotación masiva de turistas. Además, para poder desembarcar, cada uno tenía que pagar 100 baths (2.5€)como tasa extra para “el mantenimiento de la isla”. Al menos llegamos temprano y pudimos echar algunas fotos sin gente. Eso sí, la playa un paraíso de esos que salen en las postales. ( Sí, los paisajes de esas fotos de las postales existen).
maya beach

Monkey Beach, otra explotación animal. La playa está habitada por monos salvajes, pero están tan acostumbrados a los turistas, que se dejan alimentar por ellos o incluso, como nos pasó a nosotros, que roban la comida a los turistas. Aldara se sentó en la arena, y un mono se le acercó y le robó la botella de agua que llevaba en el bolsillo exterior de la mochila. Nos hizo gracia la verdad, pero pensándolo bien, no debería ser así puesto que son animales salvajes, se deberían buscar la vida en la selva y no a través de turistas.


Lohsameh bay, aquí nos tiramos del barco al agua para hacer snorkel, ésta fue la primera experiencia aquática en Tailandia y ¡vaya que si nos gustó!
Ya por la tarde, en nuestra playita donde estábamos alojados, decidimos alejarnos un poco del barullo de la gente, y lo conseguimos. Al sur de la playa, éramos los únicos turistas, disfrutamos del sol y de la tranquilidad junto con algunas familias de tailandeses que se acercaban a la playa al atardecer, cuando los turistas volvían a sus hoteles. Además hicimos un nuevo amigo Phi Phi Don le llamaban, era un tailandés  muy amigable que nos amenazó la tarde con su guitarra. Cuando le dijimos que éramos españoles dio un salto de alegría y nos abrazó emocionado. Dijo que tenía una amiga española que iba todos los años y  hasta se sabía alguna que otra palabrita en español. Da alegría cuando en un país tan lejano al nuestro conocen tu país y además le tienen aprecio.
De vuelta al hostal estuvimos un rato bastante perdidos, nos desorientamos bastante. Pero llegamos y salimos a la party. Para empezar, cubito de alcohol en mano. Gracioso, un cubito venía con una botellita de alcohol, la cocacola y un redbull. Por el precio de 200 baths (5€) 

Habia muy buen ambiente, muchísimos bares, tiendas de tatuajes abiertas hasta tarde donde la gente se estaba haciendo tatuajes con bambu y a pulso del tatuador, y lo mejor de todo…¡combas de fuego! O combas de la muerte, como las llamábamos nosotros.
Yo con montarme en un toro mecánico me valió de sobra…con lo patosa que soy últimamente, no arriesgué a quemarme saltando la comba, pero aquí los hermanos Vaquero sí que se atrevieron, no sé bien si por el riesgo y la emoción  que conllevaba o por el chupito que les daban cada vez que saltaban la comba ;) .
comba de fuego...o de la muerte

Disfrutamos bailando en las tarimas de la playa junto con los tailandeses. Hay que decir que sus bailes nos hacían mucha gracia, y además, nosotras que les seguíamos el royo, lo hacía más divertido aun. En cuanto a la música, si alguien se lo está preguntando, era música internacional, entre ella la mega canción de hace no sé cuantos veranos ya de “Danza kuduro”.
Al día siguiente nos esperaba un duro día de resaca…

Día 10, viaje de la muerte:
Barco a Krabi. Bus a Surat thani. Barco a Koh Tao. Unas 9 horas eternas donde nos venció el cansancio, pero nos fuimos a dormir con la ilusión de que al día siguiente empezábamos nuestro curso de buceo “open water” en una de las escuelas de buceo más recomendas Crystal Dive. ( 4 dias de curso intensivo + habitación, 9800 baths).

Días 11, 12, 13 y 14, descubriendo el mundo submarino en Koh Tao (Isla tortuga):
Nos tocó con  un monitor español de salamanca , Peloto. Muy majo él.
El primer día nos metieron el miedo en el cuerpo. ¿Sabíais que buceando se puede morir de mil maneras? Hay riesgo de neumotórax, de que te revienten los tímpanos, de quedarte sin aire en la bombona ( es aire comprimido, no 02), de que te muerda un Triggerfish, y lo más peligroso yo creo, riesgo de sobredosis de nitrógeno en el cuerpo.
Así por la noche nos concentramos como buenos alumnos en hacer los deberes que nos habían mandado. Fue un momento curioso, los 3 sentados en nuestras camas del hostal, de vacaciones en Tailandia, haciendo deberes. Resulta que por las diferentes presiones en el cuerpo bajo el agua, el nitrógeno se acumula en el cuerpo, por lo que hay unas tablas que hay que tener muy en cuenta para calcular tiempos a x profundidad, tiempo que hay que permanecer en el exterior entre sumersión y sumersión, etcétera.
Al día siguiente montamos el equipo y nos zambullimos en la piscina. Allí estuvimos haciendo diferentes ejercicios para en caso de emergencia saber actuar. Más miedo, el riesgo era de verdad.
Después de todo esto nos hicieron un examen escrito y otro de nado. Aldara se puso pachuca con fiebre, justo la noche antes del buceo de verdad. Yo creo que estaba más preocupada de no poder bucear al día siguiente que de el riesgo de que la fiebre fuera por Malaria ¿me equivoco? ( muak!) Nada, golpe de calor seguro.
¡Y por fin llego el día tan deseado! Siiiiii, nos sumergimos en el océano Índico a 30 grados de temperatura con nuestros trajes de neopreno y los equipos de buceo( pesadísimos). Una vez en el agua, nervios, todo un remolino de emociones nos invadía. Escuchamos a nuestro monitor atentamente y fuimos bajando poco a poco por una cuerda, los oídos dolían, pero para eso nos habíamos estado formando previamente. Una vez abajo, en el suelo marino…sin palabras. No sé cómo describirlo, es alucinante, una experiencia única y por suerte repetible. Miles de animales marinos alrededor, cientos de colores brillaban y nos llamaban la atención. Vimos peces payasos( Nemo y su padre), mantas, peces globo,peces angeles y … triggerfishes. Éste es un pez con el cual es mejor no encontrarse, pues si estas nadando sobre él, ataca. La técnica es mantenerse a un lado y quedarse quieto hasta que desaparezca. Sí que daba respeto sí.
¡Ah! Y como debajo del agua no se puede hablar, nos comunicábamos con una serie de signos internacionales. Por ejemplo el pez loro era poniéndose la mano en el ojo a modo de parche pirata.
bajo el mar
Hicimos un total de 4 inmersiones en diferentes sitios y llegamos a bajar hasta 18 metros ¡qué sensación ver la superficie del mar tan arriba! Al final, nos sentíamos tan cómodos, que Aldara y yo hasta nos echamos unos bailecitos subaquáticos.
Fin del curso, foto de graduación y corriendo a coger el último barco que salía hacia Ko pha- ngan. Listos para la FULL MOON PARTY  !!!!!!!!!!!!!!
equipo submarinista !
Vestidos con nuestras mejores galas playeras y pintados el cuerpo con colores fosforítos disfrutamos de una gran noche en la playa a la luz de la luna llena. Bailamos al compás de la música de las decenas dechiringuitos (ojala pudiera decir música tailandesa, pero otra vez más era música internacional) rodeados de gente procedente de todo el mundo, y como no, una vez más, nos echamos eso bailes tan divertidos con los tailandeses.
También bebimos en cubitos, y además probamos un batido mágico decía el cartel ( batido de setas alucinógenas, pero que de alucinógenas tenían poco a no ser que todo esto que estoy escribiendo haya sido consecuencia de ello, que oye podría ser, porque parece tan mágico todo).
Vale, lo reconoceré, que si no lo escribo Aldara saltará en algún comentario, siii Aldara duró hasta las tantas de la noche ahí en esa tarima que parecía que iba a caer de un momento a otro pero que duro toda la noche, como Aldara. Dani y yo nos rendimos antes y caímos muertos en el césped.
Hasta las 8 de la mañana no salía nuestro barco de vuelta…muerte lenta.

Dia 15, ¿resaca?:
Nada, dormir y playita. A destacar la puesta de sol en la “piscina sin fin” de un hotel cercano que pertenecía a la escuela también. Dentro del agua viendo el mar y una puesta de sol preciosa. 

La isla de Koh Tao no fue habitada hasta 1933, cuando se convirtió en una prisión. Decían los prisioneros, malnutridos y castigados, que lo único que les alegraba, era esa puesta de sol. Y es que es muy bonita de ver.
Por seguir un poco la historia de esta maravillosa isla, los prisioneros fueron finalmente llevados a Suratthani en el golfo de Tailandia, en 1947. Y más tarde fue de nuevo habitada por dos gemelos Khun Ueam y Khun Oh en el mismo año
Llevaron a sus familias con ellos, y a partir de ahí se empezó a poblar la isla hasta hoy. La isla solo tiene 21km cuadrados, y menos mal que aún conserva su encanto, no como la isla de Phi Phi.
Dia 16, descubriendo Koh Tao:
Amazing day! Tras mi accidente de moto, decidimos que sería mejor alquilar un Quad puesto que yo lo manejo mejor que una moto. Y que gran decisión, porque vaya cuestas que tuvimos  subir y bajar por la isla. Como he dicho, la isla apenas está explotada y por tanto los caminos son de tierra y malísimos, diría que las cuestas tenían una inclinación de unos…¿ 65 grados? ¡¡¡¡adrenalinaaaaaa!!!!
Creo que en este viaje no hubo ni un día que no hiciéramos algo con riesgo de muerte…
Esta vez recorrimos la isla Aldara y yo, y nuesto quad.

quad en el punto mas alto de Koh Tao


 Fuimos parando por varias playas.Ao Leuk, donde hicimos snorkel, ¡qué pasada! A pocos metros se podía disfrutas de las vistas submarinas, vimos muchísimos peces, incluso un tiburón de esos de raza pequeña.
snorkel
Tanote Bay, corales preciosos. Incluso creo que si no hubiéramos hecho el curso de buceo, con el snorkel hubiese sido suficiente para ver muchas de las distintas especies marinas. En esta playa había una roca enorme, a través de una cuerda subí con mucho acojone la verdad, pero lo conseguí y de ahí chapuzón al agua desde unos 10 metros. Esos segundos suspendida en el aire, esperando a que mis pies choquen con el agua ( y no con una roca) se hicieron eternos. ¡qué choque de adrenalina, uf!
Thian Og Bay o más conocida como shark beach. Aquí llegamos al atardecer, cuando nos dijeron que había más probabilidad de ver a los tiburones haciendo snorkel. No vi ningún tiburón, pero el fondo marino era de película de terror, o quizás eso me pareció a mí que iba con el miedo en el cuerpo. Acabé siendo arrastrada mar adentro, me era imposible volver nadando hacia la playa, anochecía y Aldara estaba esperándome en la playa. Intenté salir por las rocas, pero me fue imposible al no llevar zapatos, volví a meterme al agua, estaba agotada físicamente. Finalmente llegué a tierra, pensando que quizás ya habrían llamado hasta a los equipos de emergencia, pues ya había anochecido y el tiempo estaba revuelto. Pero todo quedó en un susto y ya. Un coco tailandés en la playa y de vuelta al hostal.

Día 17, Koh Samui:
Éste fue el dia más relajante del viaje, por no decir el único. Nos fuimos en barco a Koh Samui, sin rumbo fijo acabamos en Haad Mae nam bay, al norte de la isla. Recomendadas por el taxista que nos llevó, nos alojamos en el hostal “Cactus”. Un complejo de unos 15 bungalós diseñados con buen gusto y muy familiar. No hay mucho que contar, playa, pad thai (plato típico tailandés), playa,batido,playa, cenar y dormir. Esta playa era también algo más turística. Nos pasamos el día tumbadas en la arena, mirando hacia atrás, recordando todo lo que habíamos recorrido, filosofando sobre la vida y como no, soñando con el siguiente viaje.
vista de Koh Paghan desde Koh Samui

Dia 18, fin de la aventura:
Último día en Tailandia…parecía mentira que ya hubieran pasado 18 días. Aprovechamos el día en la playa, dándonos el último masaje tailandés y al atardecer nos dirigimos al aeropuerto de Koh Samui, creíamos que íbamos con tiempo de sobra, pero tuvimos una hora de retraso y nos  entraron los nervios puesto que teníamos que coger otro avión en Bangkok para volver a Londres.
Maravilloso aeropuerto, el mejor aeropuerto que he estado en mi vida. Pequeñito, de madera y bambú, las salas de espera y las zonas de tiendas al aire libre, muy bien decorado al estilo thai. Y lo mejor de todo, ¡un buffet gratuito de comida! Nos quedamos alucinadas, cuando Aldara iba a ir a pagar su café y nos miraron raro, diciendo, no, no, esto es gratis. Un surtido de galletitas, pizzas, palomitas…, de verdad, la cultura tailandesa tiene ganado todo mi aprecio.
Vuelo a Bangkok. Allí en el aeropuerto nos encontramos al que habíamos perdido por el camino. Y finalmente vuelo de 12 horas de regreso a Londres durmiendo la mayor parte del tiempo.
Llegada a Londres…frio, nublado, depresión. 
llegada a londres

Reflexión:
De nuevo en Londres, sí, pero esta vez con mentalidad diferente. Casi 20 días viajando por ahí cambian mucho a la gente, y eso no es nada comparado con los mochileros que nos encontramos, algunos llevaban viajando 8 meses, otros estaban en paro y se habían venido con todos los ahorros ¿ y el día de mañana que haréis?, ya veremos, hoy es hoy.
Me encanta viajar, me encanta conocer mundo, conocer gente, conocer otras culturas, es una experiencia inolvidable que nunca, nunca vas a olvidar, esa sonrisa que te dedicó aquel tailandés, la mano que te ofreció aquel mochilero, todo.
Me siento libre viajando, me siento yo misma, siento que puedo desarrollarme como persona. Viviendo en Londres se podría decir que sigo viajando,¿ pues no es sino conocer gente y otra cultura? Este viaje lleva algo más de tiempo, pues me lo tomo más como desarrollo profesional, una etapa en mi vida, la cual puedo alargar lo que quiera, pues soy libre. ( no quiero entrar en tema de situación política en España porque podría escribir otro post aun más largo).
Y si puedo vivir en Londres, si puedo viajar atravesando toda Tailandia con solo una mochila.. ¿por qué no seguir viajando? Viajar puede ser un modo de vida, y no es un sueño, ni una locura, sé que se puede hacer realidad, solo hay que poner las ganas.
De verdad, os animo a todos a viajar, a despertar vuestras mentes, y no me refiero a viajar de turisteo a hoteles de lujo, no, esa no es, ni de lejos, la forma de viajar, hay que integrase con el país, viviéndolo de cerca, codo con codo. Haciendo  referencia a mi profesión, el mochilero seria la enfermera que trabaja a pie de cama y el turista de hoteles seria el médico que ve al paciente, pero lo ve de lejos. Las enfermeras entenderán más esta metáfora.
Os dejo el blog de una chica mochilera que me da muchísima envidia y merece la pena leer, http://viajandoporahi.com/.
Yo voy a seguir soñando cada día para después hacer realidad esos sueños, pues una vez pronuncié una pregunta a una amiga ¿ te imaginas que algún día vivamos aquí las dos juntas en Londres? Y efectivamente esa pregunta ya no es un sueño, ahora es tan real como la casa que compartimos.
Viajar, despertar vuestras mentes, pero nunca dejéis de soñar.