vistas en total

miércoles, 12 de junio de 2013

Tailandia...un viaje al paraíso

  No quiero caer en lo típico, pero sí, debo empezar diciendo que Tailandia es el país de las sonrisas. Los tailandeses tienen una sonrisa para todo, son gente increíblemente  amables y sobre todo son felices a pesar de no tener mucho.
Es difícil describir un viaje que ha sido alucinante en todos los sentidos pero voy a intentarlo:

Dia 1, vuelo de la felicidad:
Thai airways nos hizo de un vuelo de 11 horas y media, las horas más entretenidas que he pasado en un avión. Películas de los últimos meses recientes, juegos con mando de consola en pantalla individual y comida cada 2 o 3 horas! Incluso algún bacardi que otro, que ignorantes de nosotros, pensábamos que habría que pagar por ello y al final del vuelo nos enteramos de que todas las bebidas eran gratis. Vamos, que lo disfrutamos como niños. Volver a viajar con Rynair va a ser muy duro.
Ah, y al estilo peliculero, anunciaron por megafonía si había algún médico en el avión, nadie dijo nada, así que les dijimos que nosotros éramos enfermeros. Ya estábamos todo emocionados. Finalmente era una niña vomitando en el baño por lo que no podíamos hacer mucho al respecto(no es por nada, pero podría haber sido algo más interesante..)

Dia 2, visita a Bangkok:
Llegamos al aeropuerto de Suvarnabhumi(nombre impronunciable) sobre las 6 de la mañana( en España medianoche aun), era como viajar al futuro, además estábamos en el año budista 2556.
Cansados, pero con el entusiasmo de llegar a un país diferente y querer verlo todo, dejamos las mochilas en el hotel Prince Palace y nos dispusimos a ver la ciudad.
Visitamos muchísimos templos, el Wat Pho, el Wat Arun, y más, en definitiva al final del viaje acabamos un poco cansados de templos…si, muy bonitos, pero demasiados.
En general, he de decir de Bangkok que , en mi opinión y seguro que la de muchos, es una ciudad feísima. Edificios nuevos junto a barrios pobres, donde el caos reina en todas partes, los coches conducen como quieren y  los cables de red eléctrica pasan por cualquier parte formando numerosos enredos.
 
cableado en Bangkok
 Al final del día, decidimos volver al hotel en tuk tuk, que gran decisión, llegamos empapados al hotel, cámaras, billetes, todo mojado. ¿Por qué? Estábamos en Songkran, ¡año nuevo! Y la celebración consiste en una guerra de agua permanente durante 4 dias. ¡Fue bestial! Nos lo pasamos como enanos! Esa misma noche, aunque estábamos agotados debido a las 32 horas que llevábamos sin dormir, nos fuimos a Kao Shan Road, donde fuimos un punto blanco facilísimo para los tailandeses que nos empaparon con mangueras, cubos y pistolas de agua.



tuk-tuk

 
empapadas despues de la fiesta
 

Día 3, mercado flotante:
Nos despertamos con Bangkok a nuestros pies, desde el hotel se podía apreciar la inmensa ciudad que es Bangkok.
Bankok desde el monte dorado
Y no hay nada mejor que despertarse y desayunar en el buffet que viene incluido en el precio de la noche (15 euros).
El objetivo era llegar al mercado flotante Damnoen Saduak. Tras varios regateos con diferentes conductores ( los taxis llevan un cartel enorme “taxi-meter”, pero la mayoría de los taxistas no quieren hacer uso del taxímetro), encontramos uno que nos llevó al mercado por 700 baths ( 2 horas de trayecto con aire acondicionado por unos 18 euros) .
¡Qué colorido! Flores, frutas, vestidos! Recorrimos el mercado en una barquita que nos llevaba por los canales, íbamos sentados con una sonrisa tonta en la cara, pasmados ante el encanto del mercado. Mujeres con sus sombreros tailandeses vendiendo toda clase de comida. Es aquí donde probamos las frutas que veíamos por primera vez en nuestra vida. He de decir que la fruta tailandesa es muy colorida, como por ejemplo el dragon, pero a mi parecer es algo insípida.
 
mujeres en el mercado

Rambután, una de mis frutas preferidas alli


Aquí también, tuvimos el placer de darnos el primer masaje tailandés. Duro…pero relajante, más de uno se quejaba durante el masaje, pues el masaje tailandés consiste en ejercer diferentes presiones en puntos musculares claves.
Bajamos de la barquita, y paseamos por el resto del mercado. Nos entró el hambre. No había más turistas que nosotros y alguna que otra pareja. Esto es lo que más me gusta, integrarme con la cultura del país que visito, así pues, comimos en unas mesas junto a unos puestos de comida que había junto al canal, y donde estaban comiendo los tailandeses en familia. ¿Qué qué tenía de especial? Que era pura comida tailandesa (“spicy”), y servida en platos que habían sido lavados en barreños con agua del río. Sí, eso mismo pensamos nosotros….aggg! pero luego dijimos, bueno si ellos están comiendo, porque nosotros no vamos a poder hacerlo.
Es cierto que se recomienda no beber agua del grifo, no tomar hielo…pero finalmente creo que salimos inmunizados del país ya que comimos en puestos en muchos sitios y bebimos batidos con hielo todos los días… Veremos que pasa de aquí a un año, si no nos sale algún gusanillo por ahí…
Volvimos a Bangkok en una furgoneta pública, sin aire acondicionado y sin amortiguación alguna pero por la mitad de precio (360 baths).
Por la tarde visitamos el monte dorado y el Buda de Pie que nos faltaban por ver.



 Es aquí donde yo me quedé atrás, el resto siguió hacia delante y me perdí. Estuve media hora perdida, sin móvil, sin apenas dinero y sin llaves del hotel, y todo esto ambientado con un viento removido que anunciaba una tormenta.
 
tormenta acechando
 Sí, tuve miedito, lo acepto. No sabía donde habían ido los demás, busqué en los templos de alrededor con el pulso acelerado y nada. Decidí volver al punto donde los había visto por última vez y esperé, cuando los vi aparecer sentí un gran alivio y enfado a la vez! Mientras yo había estado perdida, ellos habían subido al monte dorado y habían seguido haciendo fotos!!
Al llegar al hotel, no nos duchamos puesto que la noche anterior recién duchados nos empaparon con esa agua con proteínas de tifus y hepatitis A ( ;) )
Y de ahí nos fuimos de nuevo a Kao Shan Road, esta vez con espíritu de venganza cargado con pistolas de agua. Esa noche sí que los disfrutamos como críos, es que no se puede imaginar lo que es aquello, calles llenas de gente, donde apenas se puede caminar, y todos tirándose agua entre sí. Nosotros nos lo tomamos como un juego, bueno es en lo que se ha convertido, pero por tradición, para celebrar el año nuevo se echaba agua sobre las estatuas de Buda en señal de purificación ( aún se sigue haciendo en los templos).
Este fue otro de esos momentos de integración en la cultura, pues apenas había turistas ya que quizás hay gente que le sienta mal que le mojen.
Los tailandeses, vuelvo a repetir, son divertidos, alegres, amables, jugaban con nosotros como si fuéramos uno más de ellos. Pero al ser una calle turística, a nosotros nos hacían pagar 5 baths( 0.10 euros) por rellenar las pistolas de agua.
Acabamos agotados. (imposible llevar la camara, no hay fotos)

Día 4, viaje hacia Sukhothai:
Nos levantamos temprano y partimos en  un tren hacia Sukhothai. 5 horas de viaje en un tren con ventiladores y sin mucha amortiguación, pero una vez más , nos sorprendieron dándonos aperitivo y comida. Es increíble que en un tren tan barato te atiendan tan bien, y sin embargo cuando viajas con rynair lo único que hacen es darte el viaje intentando venderte lo que sea a precios desorbitados.
En este viaje perdí mis zapatillas de montaña. Lección, asegúrate de que llevas un buen calzado. Al menos , pude comprarme otras por el módico precio de 5 euros al llegar a Phitsanulok.
 
con las suelas en las manos

En este pueblo, teníamos que parar para coger un autobús a Sukhothai, pero curiosos de nosotros decidimos darnos una vueltecita, cosa que ningún turista hace puesto que no vimos ninguno más allá de la estación. De ahí que los tailandeses nos pidieran hacernos fotos con ellos. Fue una sensación bastante extraña, pero entrañable a la vez.
Nos encontramos, con que estaban de fiestas, celebrando el año nuevo. Esta vez verbena y lucha de Muai Thai. Fue muy curioso de ver, la lucha es dura, golpes secos y vale casi cualquier cosa. Los bailes tailandeses tradicionales, también divertidos y diferentes a lo que estamos acostumbrados, pero con mucho ritmo.
 
Muai Thai

bailes tradicionales



Disfrutamos de ello, y después nos fuimos a Sukhothai en busca de un hostal. Era tarde y ya no nos daba tiempo a ver las ruinas, por lo que dimos un paseo por la ciudad y nos encontramos de nuevo con la celebración del Sokrhan con agua. Y sí, esta vez conseguimos hacer fotos!
 
Thais en guerra de agua

intentando defendernos

calle llena de agua, intenta no mojarte

tailandeses y yo con mi triple cierre

Songkran!!!!


Agotados, buscando comida, acabamos en unos puestos comiendo pinchitos. Son pinchitos de carne, bastante populares pero nada sabrosos para mí, vamos que no no pude comer más de uno.
 
puesto de pinchitos

Día 5, Sukhothai:
Unos de los días más esperados, ¡por fin tocaba alquilar unas motillos! ¿Chicas queréis conducir vosotras? ¡siiiiii ! 10 metros después, poum!! Trrriisss plash! Choque contra el muro, aún intacta, intento levantar la moto, la cual sin explicación alguna sale sóla hacia delante y me roza el muslo. ¡Et voilá! Tatuaje tailandés, ese que dicen que cuando se va de turista a Tailandia, muchos se lo llevan de recuerdo. Yo estuve toda preocupada porque se me iba a quedar una gran marca. Pero más adelante me despreocupé algo ya que vimos muchísima gente accidentada debido a las motos, incluso a una chica con brazo y pierna vendados y muletas!
Gracias a que iba con mi enfermerita personal, Aldara, que me curó muy bien. (Con algunos comentarios por mi parte de cómo hacerlo, lo sé, soy así, ¡no puedo evitarlo! pero gracias)
 
momento cura

tatu molon tailandes



Las ruinas de Sukhothai, maravillosas, míticas, impresionantes. De hecho fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1991.Nos trasladamos así a la época del primer reino tailandés.
Nos dejamos llevar entre antiguos templos y columnas. Es extraño, que en un sitio tan bonito, antiguo y tan bien conservado dejen pasar coches y motos.
Ruinas de Sukhothai

 Coincidió nuestra visita con algún tipo de ceremonia budista o visita a las ruinas, puesto que en la estatua de un antiguo rey, habían monjes alrededor vestidos de naranja y monjas, sí monjas, vestidas de blanco.
 

Partimos hacia Chiang Mai, más al norte, 5 horas en autobús. Como detalle diré que íbamos ambientados con un video en la tele del autobús de un teatro-musical tailandés algo rarito, pues los actores eran hombres vestidos de mujeres cantando.
Llegamos de noche al hostal Smile (sonrisa). 3 noches para 2 personas por 700 baths (18 €). Este hostal fue uno de los mejorcitos, con piscina en madera muy bien ambientado. Aunque tuvimos un problemilla con el baño, por no dar mucho detalle, solo diré que en todos los baños de Tailandia hay un cartelito que dice “No tirar papel higiénico en el inodoro”. Y a veces otro “keep clean the beaches”.
Esa noche cenamos en el bar donde descubrimos nuestro plato favorito, el Phad Thai (noodles fritos con verdura, pollo, y cacahuetes). Creo que repetimos la visita al bar Andaman Pirate  3 o 4 veces.
Phad Thai


Día 6, Chiang Mai :
¿Alguna vez habéis imaginado o soñado con tocar un tigre? Yo no, nunca se me había pasado por la cabeza, ¡qué locura! Bueno, pues Chiang Mai te da la oportunidad de hacerlo.
Por el módico precio de 200 baths (5€), un tuk-tuk nos paseó por diferentes lugares de Chiang Mai durante toda la mañana.
El primer destino fue Tiger Kingdom. Es un lugar cerrado, tipo zoo en pequeño, con jaulas donde hay tigres de diferentes edades. A mi parecer, es una explotación de animales. Los tigres permanecen encerrados en jaulas, no tienen espacio alguno para correr, y dejarme dudar que no les den algún tipo de sedante. En el panfleto de la entrada es una de las cosas que destacaban, que los tigres no están drogados sino que han sido domados desde pequeños con la técnica del toque en la nariz, es decir, cuando hacen algo malo o algo que el domador no quiere que hagan, se les toca en la nariz con un palo y así aprenden hasta que crecen.
Les mantienen máximo 2 años, ya que dicen que a partir de esa edad, hay más posibilidad de que se vuelvan agresivos. Luego les envían a otros zoos o a reservas, pero estos tigres ya no pueden ser soltados en libertad puesto que han nacido en cautividad.
A pesar de todo fue interesante tocar un tigre, aunque por dentro me estaba remordiendo la conciencia al haber pagado y colaborado a ello. Fue una sensación extraña, y sí, si pasamos algo de miedillo, o respeto mejor dicho. De hecho al final de la visita se empezaron a alborotar un poco y decidimos salir por patas de la jaula.
tigre de 22 meses


Como curiosidad añadida, ¡vimos al actor Miguel Angel Silvestre con su novia! El mundo es un pañuelo, sí.
de paparachis por Tailandia

El resto del día visitamos templos, templos  y más templos. Y terminamos la visita turística con un buen masaje tailandés , ésta vez eran ciegos los que nos dieron el masaje. Fue curioso, eh my frieeend.
Ah, éste día perdimos a uno de nosotros por el camino, así que continuamos el viaje los 3, los hermanos Vaquero y yo.

Dia 7, Chiang Mai vs. turistada:
Dejamos un poco atrás el espíritu mochilero y nos apuntamos a un trekking/turistada de un día por 1000 baths cada uno (23€).
Mereció la pena por el hecho de tocar un elefante. Nunca había estado tan cerca de elefantes, y ya montar en uno fue una experiencia muy chula. Eso sí, aprovechan para sacar dinero de todo, a mitad del paseo un tailandés nos ofreció platanos por 20 baths para dárselos de comer, yo le conteste que no quería dale de comer  ( vamos, que no quería pagar más turistadas) y el hombre me insistió en que por favor le comprara porque el elefante tenía hambre…vale, sí, caímos.
La sensación de tocar un elefante es bastante extraña. Los ves tan amigable, tan “peluchitos”, y al tocarlos tienen una piel durísima y arrugada. Es gracioso ver como cogen la comida con la trompa y se la llevan a la boca. O como te tocan con la trompa para que les des de comer. También había uno pequeñito monísimo.
Si no recuerdo mal, creo que la vida media de un elefante es de 60 años. A estos me parece que los tenían dando paseos con turista hasta los 40 años. Al menos no estaban encerrados en jaulas, sino que estaban sueltos.
Como curiosidad que no tiene que ver con los elefantes, yo compartí el paseo con una mujer de unos 50 años que viajaba sola porque siempre había querido conocer Tailandia y no había tenido la oportunidad hasta ese momento. Era belga, vivía en México con su marido de Argentina. Tenía un hijo en Mexico, otro en Madrid y otro en Bélgica. Curioso ¿verdad?. Me hizo pensar sobre mi vida, sobre qué me deparará el futuro, pues ayer estaba en España, hoy estoy en Reino Unido, pero quién sabe dónde estaré mañana y con quién.
 
hermanos vaquero

yo y el elefante


Después del paseo en elefante, nos tocó algo con un poco más de adrenalina.
 ¡¡¡¡ Rafting en canoas de bambú !!!!! ¡ Buah! Fue una pasada! Ibamos los 3 sentados en una canoa plana hecha con bambús unidos ( muy artesanal, más emoción), y un niño iba dirigiendo la canoa con un palo largo al estilo veneciano, pero en vez de entre canales, en un rio en medio de la selva. He aquí, otra vez, una explotación. El niño no iba a la escuela, de hecho le preguntamos y se rió, como diciendo ¿yo a la escuela?
En la mayoría de los restaurantes o bares que fuimos había niños sirviendo la mesas. Se aprenden el inglés básico en relación al menú y eso es todo, si les preguntas por algo que no tenga relación con el menú, no entienden. Bueno, eso los niños y los adultos.  De ahí el poco desarrollo de este país, los niños no van a la escuela, no se fomenta su futuro, y además, otra de los aspectos que pude observar en cuanto a la economía del país es que no hay precios competitivos. Recuerdo que cuando queríamos coger un barco o un tour a algún sitio, íbamos por varias agencias preguntando precios ( el raterismo o picardía del español, vale regateábamos céntimos, pero hay que adaptarse a la moneda del país, no por tener de sobra en un país más pobre hay que ir regalando el dinero). El caso que todas las agencias tenían exactamente los mismos precios.

Volviendo al trekking, que me voy por las nubes, el paseo en canoa fue divertidísimo, el río era tranquilito, pero en algunos tramos si que era movido. Cuando llegamos al final, en las orillas había pequeños muelles donde los tailandeses pasaban el día con las familias, comiendo todos juntos. ¿Recordais que era el Songkran? Pues aquí de nuevo guerra de agua, íbamos en la canoa y todos los niños que estaban por el río nos salpicaban con el agua ( y nosotros a ellos) diciendo happy new year!! Fue curioso, todos nos miraban, aquí sí que fuimos nosotros los monos de feria, la gente nos hacían fotos, nos sonreían y nos saludaban hello! hello!
Tras esta mañana de aventuras, comimos un menú tradicional en un bar y volvimos a la carga con un paseo por la selva hasta llegar a una cascada.
La cascada preciosa, si no hubiera sido por la serpiente de agua que vimos. Una serpiente nandando por la superfice del agua con la cabeza asomando. ( qué escalofrío) Nada más verla dijimos que no nos metíamos, pero 3 segundos más tarde ya estábamos dentro del agua.
cascada con serpientes

Aquí, otro capítulo de enfermeras al rescate. Una mujer árabe que paseaba cerca de la orilla empedrada cayó al agua como una piedra, no sabía nadar, ni siquiera era capaz de salir a la superficie. Su marido se tiró a por ella y tampoco sabía nadar. Ahí ya fue cuando mi espíritu socorrista/enfermero me dijo ¡eh! y me tiré al agua a por ellos. Aldara fue corriendo por tierra hacia la orilla. Cuando llegamos, ya habían conseguido agarrarse a una piedra y todo quedó en un susto.
Acabamos la turistada en un “poblado tailandés”, por no decir tienda en forma de poblado. No comento nada, porque no merece la pena.
Por la noche fuimos al mercado nocturno de Chiang Mai, enorme. Hicimos algunas comprillas y nos fuimos a dormir tempranito.

Dia 8, viajando a Phi Phi Don:
Vuelo a Phuket(1.5h) . Barco a Phi Phi Don ( 2h). Isla del turista. Vinimos a esta isla por la fama de Maya Beach ( la playa donde se grabó la película “La Playa”, actor protagonista Leonardo Di Caprio). Pero si alguien quiere viajar a Tailandia la puede dejar a un lado, estaba repleta de extranjeros, de tiendas, de hostales, en resumen, una explotación turística, no tiene el encanto de Tailandia. Nos alojamos en el hostal “Tara inn & the rock” por 1500 baths(36€) una noche para los 3.
Por fin pisábamos la playa, es curioso, la isla tiene forma como de dos montículos unidos por un istmo donde se asienta la mayor parte de la población, por lo que a los dos lados de éste hay playa. Nosotros pasamos la tarde en la parte oeste, relajándonos con unas cervecitas en la playa y viendo la puesta de sol( anochecía sobre las 6 de la tarde y amanecía sobre las 5). Esa tarde necesitábamos recuperar energías después de todo lo que habíamos recorrido desde Bangkok, pues llevábamos 8 días y parecía que había pasado un mes de tantas cosas que habíamos hecho.

Día 9, Maya Beach:
Ir a esta playa por nuestra cuenta costaba casi tres veces más que si cogíamos un día completo de turísteo. Así pues, elegimos la opción más barata.  En una barquita nos llevaron por difentes playas de la isla, fuimos parando y  bajando para echar una fotos. Lo cuento así porque no me gustan nada estas turistadas, pero que se le va hacer.
Maya beach, esa playa tropical paradisíaca convertida en una explotación masiva de turistas. Además, para poder desembarcar, cada uno tenía que pagar 100 baths (2.5€)como tasa extra para “el mantenimiento de la isla”. Al menos llegamos temprano y pudimos echar algunas fotos sin gente. Eso sí, la playa un paraíso de esos que salen en las postales. ( Sí, los paisajes de esas fotos de las postales existen).
maya beach

Monkey Beach, otra explotación animal. La playa está habitada por monos salvajes, pero están tan acostumbrados a los turistas, que se dejan alimentar por ellos o incluso, como nos pasó a nosotros, que roban la comida a los turistas. Aldara se sentó en la arena, y un mono se le acercó y le robó la botella de agua que llevaba en el bolsillo exterior de la mochila. Nos hizo gracia la verdad, pero pensándolo bien, no debería ser así puesto que son animales salvajes, se deberían buscar la vida en la selva y no a través de turistas.


Lohsameh bay, aquí nos tiramos del barco al agua para hacer snorkel, ésta fue la primera experiencia aquática en Tailandia y ¡vaya que si nos gustó!
Ya por la tarde, en nuestra playita donde estábamos alojados, decidimos alejarnos un poco del barullo de la gente, y lo conseguimos. Al sur de la playa, éramos los únicos turistas, disfrutamos del sol y de la tranquilidad junto con algunas familias de tailandeses que se acercaban a la playa al atardecer, cuando los turistas volvían a sus hoteles. Además hicimos un nuevo amigo Phi Phi Don le llamaban, era un tailandés  muy amigable que nos amenazó la tarde con su guitarra. Cuando le dijimos que éramos españoles dio un salto de alegría y nos abrazó emocionado. Dijo que tenía una amiga española que iba todos los años y  hasta se sabía alguna que otra palabrita en español. Da alegría cuando en un país tan lejano al nuestro conocen tu país y además le tienen aprecio.
De vuelta al hostal estuvimos un rato bastante perdidos, nos desorientamos bastante. Pero llegamos y salimos a la party. Para empezar, cubito de alcohol en mano. Gracioso, un cubito venía con una botellita de alcohol, la cocacola y un redbull. Por el precio de 200 baths (5€) 

Habia muy buen ambiente, muchísimos bares, tiendas de tatuajes abiertas hasta tarde donde la gente se estaba haciendo tatuajes con bambu y a pulso del tatuador, y lo mejor de todo…¡combas de fuego! O combas de la muerte, como las llamábamos nosotros.
Yo con montarme en un toro mecánico me valió de sobra…con lo patosa que soy últimamente, no arriesgué a quemarme saltando la comba, pero aquí los hermanos Vaquero sí que se atrevieron, no sé bien si por el riesgo y la emoción  que conllevaba o por el chupito que les daban cada vez que saltaban la comba ;) .
comba de fuego...o de la muerte

Disfrutamos bailando en las tarimas de la playa junto con los tailandeses. Hay que decir que sus bailes nos hacían mucha gracia, y además, nosotras que les seguíamos el royo, lo hacía más divertido aun. En cuanto a la música, si alguien se lo está preguntando, era música internacional, entre ella la mega canción de hace no sé cuantos veranos ya de “Danza kuduro”.
Al día siguiente nos esperaba un duro día de resaca…

Día 10, viaje de la muerte:
Barco a Krabi. Bus a Surat thani. Barco a Koh Tao. Unas 9 horas eternas donde nos venció el cansancio, pero nos fuimos a dormir con la ilusión de que al día siguiente empezábamos nuestro curso de buceo “open water” en una de las escuelas de buceo más recomendas Crystal Dive. ( 4 dias de curso intensivo + habitación, 9800 baths).

Días 11, 12, 13 y 14, descubriendo el mundo submarino en Koh Tao (Isla tortuga):
Nos tocó con  un monitor español de salamanca , Peloto. Muy majo él.
El primer día nos metieron el miedo en el cuerpo. ¿Sabíais que buceando se puede morir de mil maneras? Hay riesgo de neumotórax, de que te revienten los tímpanos, de quedarte sin aire en la bombona ( es aire comprimido, no 02), de que te muerda un Triggerfish, y lo más peligroso yo creo, riesgo de sobredosis de nitrógeno en el cuerpo.
Así por la noche nos concentramos como buenos alumnos en hacer los deberes que nos habían mandado. Fue un momento curioso, los 3 sentados en nuestras camas del hostal, de vacaciones en Tailandia, haciendo deberes. Resulta que por las diferentes presiones en el cuerpo bajo el agua, el nitrógeno se acumula en el cuerpo, por lo que hay unas tablas que hay que tener muy en cuenta para calcular tiempos a x profundidad, tiempo que hay que permanecer en el exterior entre sumersión y sumersión, etcétera.
Al día siguiente montamos el equipo y nos zambullimos en la piscina. Allí estuvimos haciendo diferentes ejercicios para en caso de emergencia saber actuar. Más miedo, el riesgo era de verdad.
Después de todo esto nos hicieron un examen escrito y otro de nado. Aldara se puso pachuca con fiebre, justo la noche antes del buceo de verdad. Yo creo que estaba más preocupada de no poder bucear al día siguiente que de el riesgo de que la fiebre fuera por Malaria ¿me equivoco? ( muak!) Nada, golpe de calor seguro.
¡Y por fin llego el día tan deseado! Siiiiii, nos sumergimos en el océano Índico a 30 grados de temperatura con nuestros trajes de neopreno y los equipos de buceo( pesadísimos). Una vez en el agua, nervios, todo un remolino de emociones nos invadía. Escuchamos a nuestro monitor atentamente y fuimos bajando poco a poco por una cuerda, los oídos dolían, pero para eso nos habíamos estado formando previamente. Una vez abajo, en el suelo marino…sin palabras. No sé cómo describirlo, es alucinante, una experiencia única y por suerte repetible. Miles de animales marinos alrededor, cientos de colores brillaban y nos llamaban la atención. Vimos peces payasos( Nemo y su padre), mantas, peces globo,peces angeles y … triggerfishes. Éste es un pez con el cual es mejor no encontrarse, pues si estas nadando sobre él, ataca. La técnica es mantenerse a un lado y quedarse quieto hasta que desaparezca. Sí que daba respeto sí.
¡Ah! Y como debajo del agua no se puede hablar, nos comunicábamos con una serie de signos internacionales. Por ejemplo el pez loro era poniéndose la mano en el ojo a modo de parche pirata.
bajo el mar
Hicimos un total de 4 inmersiones en diferentes sitios y llegamos a bajar hasta 18 metros ¡qué sensación ver la superficie del mar tan arriba! Al final, nos sentíamos tan cómodos, que Aldara y yo hasta nos echamos unos bailecitos subaquáticos.
Fin del curso, foto de graduación y corriendo a coger el último barco que salía hacia Ko pha- ngan. Listos para la FULL MOON PARTY  !!!!!!!!!!!!!!
equipo submarinista !
Vestidos con nuestras mejores galas playeras y pintados el cuerpo con colores fosforítos disfrutamos de una gran noche en la playa a la luz de la luna llena. Bailamos al compás de la música de las decenas dechiringuitos (ojala pudiera decir música tailandesa, pero otra vez más era música internacional) rodeados de gente procedente de todo el mundo, y como no, una vez más, nos echamos eso bailes tan divertidos con los tailandeses.
También bebimos en cubitos, y además probamos un batido mágico decía el cartel ( batido de setas alucinógenas, pero que de alucinógenas tenían poco a no ser que todo esto que estoy escribiendo haya sido consecuencia de ello, que oye podría ser, porque parece tan mágico todo).
Vale, lo reconoceré, que si no lo escribo Aldara saltará en algún comentario, siii Aldara duró hasta las tantas de la noche ahí en esa tarima que parecía que iba a caer de un momento a otro pero que duro toda la noche, como Aldara. Dani y yo nos rendimos antes y caímos muertos en el césped.
Hasta las 8 de la mañana no salía nuestro barco de vuelta…muerte lenta.

Dia 15, ¿resaca?:
Nada, dormir y playita. A destacar la puesta de sol en la “piscina sin fin” de un hotel cercano que pertenecía a la escuela también. Dentro del agua viendo el mar y una puesta de sol preciosa. 

La isla de Koh Tao no fue habitada hasta 1933, cuando se convirtió en una prisión. Decían los prisioneros, malnutridos y castigados, que lo único que les alegraba, era esa puesta de sol. Y es que es muy bonita de ver.
Por seguir un poco la historia de esta maravillosa isla, los prisioneros fueron finalmente llevados a Suratthani en el golfo de Tailandia, en 1947. Y más tarde fue de nuevo habitada por dos gemelos Khun Ueam y Khun Oh en el mismo año
Llevaron a sus familias con ellos, y a partir de ahí se empezó a poblar la isla hasta hoy. La isla solo tiene 21km cuadrados, y menos mal que aún conserva su encanto, no como la isla de Phi Phi.
Dia 16, descubriendo Koh Tao:
Amazing day! Tras mi accidente de moto, decidimos que sería mejor alquilar un Quad puesto que yo lo manejo mejor que una moto. Y que gran decisión, porque vaya cuestas que tuvimos  subir y bajar por la isla. Como he dicho, la isla apenas está explotada y por tanto los caminos son de tierra y malísimos, diría que las cuestas tenían una inclinación de unos…¿ 65 grados? ¡¡¡¡adrenalinaaaaaa!!!!
Creo que en este viaje no hubo ni un día que no hiciéramos algo con riesgo de muerte…
Esta vez recorrimos la isla Aldara y yo, y nuesto quad.

quad en el punto mas alto de Koh Tao


 Fuimos parando por varias playas.Ao Leuk, donde hicimos snorkel, ¡qué pasada! A pocos metros se podía disfrutas de las vistas submarinas, vimos muchísimos peces, incluso un tiburón de esos de raza pequeña.
snorkel
Tanote Bay, corales preciosos. Incluso creo que si no hubiéramos hecho el curso de buceo, con el snorkel hubiese sido suficiente para ver muchas de las distintas especies marinas. En esta playa había una roca enorme, a través de una cuerda subí con mucho acojone la verdad, pero lo conseguí y de ahí chapuzón al agua desde unos 10 metros. Esos segundos suspendida en el aire, esperando a que mis pies choquen con el agua ( y no con una roca) se hicieron eternos. ¡qué choque de adrenalina, uf!
Thian Og Bay o más conocida como shark beach. Aquí llegamos al atardecer, cuando nos dijeron que había más probabilidad de ver a los tiburones haciendo snorkel. No vi ningún tiburón, pero el fondo marino era de película de terror, o quizás eso me pareció a mí que iba con el miedo en el cuerpo. Acabé siendo arrastrada mar adentro, me era imposible volver nadando hacia la playa, anochecía y Aldara estaba esperándome en la playa. Intenté salir por las rocas, pero me fue imposible al no llevar zapatos, volví a meterme al agua, estaba agotada físicamente. Finalmente llegué a tierra, pensando que quizás ya habrían llamado hasta a los equipos de emergencia, pues ya había anochecido y el tiempo estaba revuelto. Pero todo quedó en un susto y ya. Un coco tailandés en la playa y de vuelta al hostal.

Día 17, Koh Samui:
Éste fue el dia más relajante del viaje, por no decir el único. Nos fuimos en barco a Koh Samui, sin rumbo fijo acabamos en Haad Mae nam bay, al norte de la isla. Recomendadas por el taxista que nos llevó, nos alojamos en el hostal “Cactus”. Un complejo de unos 15 bungalós diseñados con buen gusto y muy familiar. No hay mucho que contar, playa, pad thai (plato típico tailandés), playa,batido,playa, cenar y dormir. Esta playa era también algo más turística. Nos pasamos el día tumbadas en la arena, mirando hacia atrás, recordando todo lo que habíamos recorrido, filosofando sobre la vida y como no, soñando con el siguiente viaje.
vista de Koh Paghan desde Koh Samui

Dia 18, fin de la aventura:
Último día en Tailandia…parecía mentira que ya hubieran pasado 18 días. Aprovechamos el día en la playa, dándonos el último masaje tailandés y al atardecer nos dirigimos al aeropuerto de Koh Samui, creíamos que íbamos con tiempo de sobra, pero tuvimos una hora de retraso y nos  entraron los nervios puesto que teníamos que coger otro avión en Bangkok para volver a Londres.
Maravilloso aeropuerto, el mejor aeropuerto que he estado en mi vida. Pequeñito, de madera y bambú, las salas de espera y las zonas de tiendas al aire libre, muy bien decorado al estilo thai. Y lo mejor de todo, ¡un buffet gratuito de comida! Nos quedamos alucinadas, cuando Aldara iba a ir a pagar su café y nos miraron raro, diciendo, no, no, esto es gratis. Un surtido de galletitas, pizzas, palomitas…, de verdad, la cultura tailandesa tiene ganado todo mi aprecio.
Vuelo a Bangkok. Allí en el aeropuerto nos encontramos al que habíamos perdido por el camino. Y finalmente vuelo de 12 horas de regreso a Londres durmiendo la mayor parte del tiempo.
Llegada a Londres…frio, nublado, depresión. 
llegada a londres

Reflexión:
De nuevo en Londres, sí, pero esta vez con mentalidad diferente. Casi 20 días viajando por ahí cambian mucho a la gente, y eso no es nada comparado con los mochileros que nos encontramos, algunos llevaban viajando 8 meses, otros estaban en paro y se habían venido con todos los ahorros ¿ y el día de mañana que haréis?, ya veremos, hoy es hoy.
Me encanta viajar, me encanta conocer mundo, conocer gente, conocer otras culturas, es una experiencia inolvidable que nunca, nunca vas a olvidar, esa sonrisa que te dedicó aquel tailandés, la mano que te ofreció aquel mochilero, todo.
Me siento libre viajando, me siento yo misma, siento que puedo desarrollarme como persona. Viviendo en Londres se podría decir que sigo viajando,¿ pues no es sino conocer gente y otra cultura? Este viaje lleva algo más de tiempo, pues me lo tomo más como desarrollo profesional, una etapa en mi vida, la cual puedo alargar lo que quiera, pues soy libre. ( no quiero entrar en tema de situación política en España porque podría escribir otro post aun más largo).
Y si puedo vivir en Londres, si puedo viajar atravesando toda Tailandia con solo una mochila.. ¿por qué no seguir viajando? Viajar puede ser un modo de vida, y no es un sueño, ni una locura, sé que se puede hacer realidad, solo hay que poner las ganas.
De verdad, os animo a todos a viajar, a despertar vuestras mentes, y no me refiero a viajar de turisteo a hoteles de lujo, no, esa no es, ni de lejos, la forma de viajar, hay que integrase con el país, viviéndolo de cerca, codo con codo. Haciendo  referencia a mi profesión, el mochilero seria la enfermera que trabaja a pie de cama y el turista de hoteles seria el médico que ve al paciente, pero lo ve de lejos. Las enfermeras entenderán más esta metáfora.
Os dejo el blog de una chica mochilera que me da muchísima envidia y merece la pena leer, http://viajandoporahi.com/.
Yo voy a seguir soñando cada día para después hacer realidad esos sueños, pues una vez pronuncié una pregunta a una amiga ¿ te imaginas que algún día vivamos aquí las dos juntas en Londres? Y efectivamente esa pregunta ya no es un sueño, ahora es tan real como la casa que compartimos.
Viajar, despertar vuestras mentes, pero nunca dejéis de soñar.




4 comentarios:

  1. Hola Sandra. Mi nombre es Camila Humeres, soy Chilena. Me dedicaba a buscar información sobre Tailandia para mi blog y resulta que me leí completa tu publicación. Siempre he sido soñadora y aunque no he salido nunca de Chile me he dedicado a mochilear por mi hermoso país y pronto me espera un viaje a la selva boliviana que será mi primer viaje al extranjero. Hace un año estoy planificando un viaje grande y la verdad es que tu post solo me avivó aun más el fuego y las ganas que siento por viajar y conocer diferentes culturas, comidas, personas, paisajes, etc. me imagino que no paras de aprender ni un solo segundo.
    La verdad es que me alegro mucho de tu viaje, me gustó bastante tu publicación y espero realmente que puedas seguir haciéndolo. A ver si mañana renuncio a mi trabajo para irme por el mundo jajaja.
    Un abrazo grande y muchas gracias por tu post, estaba muy entretenido.
    Te dejo el link de mi blog por si quieres visitarlo
    http://rumbosdesconocidos.tumblr.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hola! muchas gracias! ayy me ha hecho mucha ilusion que lo hayas leido desde Chile!
      que dejas el curro para viajar??? eso tengo que hacer yo !!! ojala fuera mas facil!
      cuentame que tal cuando vuelvas de tu gran viaje!
      disfruta! viaja!
      ;)

      Eliminar
  2. ¡¡Hola Sandra!! Tu prima Sara (compi mía del cole) me ha recomendado tu blog para tomar información para mi viaje a Tailandia en verano... Quiero que sepas que le ha servido de mucho mucho, tengo bien apuntadito todo lo que recomiendas y espero pasármelo la mitad de bien que tú... ¡¡Gracias por tus vivencias!! y sigue con esa mentalidad libre y aventurera, te hará muy feliz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hola!! jaja mi prima sara la voy a condecorar mi fan numero uno! me alegro de que te haya gustado! cualquier pregunta dimelo. no dejes de visitar ko tao...no te arrepentiras...mi sitio favorito del mundo! no vayas a chiang mai....lo de los tigres es una verdadera explotacion animal...
      acuerdate de las vacunas! tifus y hep A malaria no hace falta. ( mi raiz enfermera tiene q salir)
      disfruta!

      Eliminar